Picamaderos Negro

 

 

 

 

Dryocopus martius 48 cm.

El Picamaderos Negro, que habita en las extensiones de hayas y de coníferas, no es nada apreciado por los guardas forestales, pues perjudica los árboles, excavando una espaciosa cámara para alojar su nido. Escoge indiferentemente árboles sanos o enfermos, pero necesita un tronco de buen tamaño, de un diámetro medio de 30 centímetros. Sin embargo no es tan dañino como podría pensarse, ya que elimina grandes cantidades de perjudiciales insectos xilófagos.

Este gran pico carpintero, el mayor de los de la avifauna europea, alcanza casi el tamaño de una Corneja Negra. Su vuelo rectilíneo le distingue de otros picos y recuerda al del Arrendajo.

Su extraño tamborileo resuena en el mes de marzo; logra este ruido golpeando vigorosamente con su pico una rama seca. La cadencia del martilleo da la impresión de un redoble. Cuando el bosque tiene buena resonancia, el tamborileo puede oírse desde muy lejos, hasta a dos kilómetros de distancia. Esta manifestación sonora señala la presencia del ave ante sus congéneres.

También se advierte rápidamente este gran pico en los macizos montañosos donde vive por su grito agudo y chirriante, «crri-crri-crri», y por su resonante canto, «choc-choc-choc».

 

Identificación: Plumaje negro; pico blancuzco, patas grises e iris blanco; capirote enteramente rojo en el macho; nuca roja en la hembra.

Nidificación: Nido en cámara excavada por el macho y la hembra en un árbol grande, forrado de menudas virutas mezcladas con arena fina; puesta, de abril a mayo, 4 huevos blancos y brillantes; incubación, por ambos sexos, 12 días; los pollos, alimentados por ambos padres, abandonan el nido tras unos 24 a 27 días.

Alimentación: Hormigas, coleópteros y sus larvas; cerezas, semillas de coníferas.

Hábitat: Bosques.

Más información: