Chochín Paleártico

 

 

 

 

Troglodytes troglodytes 9,5 cm.

 

Un nervioso trino, que casi provoca sobresalto, y una pequeña bola parda que se desliza entre el ramaje; eso es todo lo que generalmente se conoce del Chochín Paleártico. Poco falta para que sea el más pequeño de nuestros pájaros, pero si los reyezuelos se llevan la palma por su tamaño, el Chochín Paleártico es el más enternecedor con su figura redonda, rematada por una pequeña cola vertical.

Familiar pero poco llamativo, el Chochín Paleártico reserva muchas sorpresas y desilusiones a quien pretende conocerle mejor. Su carácter es profundamente egoísta e incluso pendenciero. En la época de celo, el macho defiende su territorio ardorosamente emitiendo una serie de trinos y de agudos silbidos de una potencia sorprendente para su tamaño. Con una energía feroz construye varios nidos mullidos, que obliga a visitar a todas las hembras de la vecindad. Los machos más hábiles retienen dos o tres hembras; los otros permanecen solitarios.

Se han encontrado guarecidos juntos hasta una docena de chochines: la conservación del calor es imperativa para estas aves y los inviernos muy severos les ocasionan fuertes mortandades entre ellas.

 

Identificación: Pardo rojizo, con barrado oscuro en alas, cola y flancos. Cola pequeña, a menudo erguida. Canto ruidoso y penetrante. Llamada de alarma ruidosa y estridente. Sexos iguales.

Nidificación: El macho construye varios nidos en forma de bola de musgo, hojas y hierbas, en matas, enredaderas, montones de leña o huecos de paredes; la hembra recubre uno de ellos con plumas y pone a finales de abril, 6 huevos blancos con pequeños puntos pardo-rojizos, cuya incubación dura unos 14 días, sólo por la hembra. Los pollos son alimentados por ambos padres y vuelan después de unos 15 días. Generalmente dos crías.

Alimentación: Pequeños insectos y sus larvas; algunas arañas y pequeñas semillas.

Hábitat: Sotos.

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