Charrán Común

 

 

 

 

 

Sterna hirundo 35 cm.

 

 

En sus colonias de cría, estos charranes dan muestra de un instinto agresivo: con fuertes y roncos gritos se lanzan en picado, encarnizadamente, contra cualquier intruso, hostigándolo incluso a picotazos. Crían en las costas bajas, lo que motiva el frecuente cambio de emplazamiento de la colonia, obligada por las alteraciones del nivel del agua, de las dunas arenosas, etc.

Durante el cortejo nupcial, el macho se posa cerca de la hembra y le ofrece simbólicamente un pececillo, que raramente es comido. Una vez efectuada la puesta, y mientras se desarrollan los pollos, los adultos han de permanecer vigilantes, pues los nidos y polladas están continuamente amenazados por los numerosos predadores que vagan alrededor de la colonia.

Al final del verano, numerosas aves de otros puntos de Europa emprenden viaje a África. Entonces puede vérselas en nuestras costas más o menos próximas a ellas, según las condiciones atmosféricas, revoloteando sobre el agua y pescando, al tiempo que emiten un chirriante grito, «crii-arr», mezclado con un «kik kik kik» escandaloso. A veces atraviesan el interior y pueden observarse en aguas dulces de la Península.

 

Identificación: Blanco con dorso y partes superiores de las alas gris claro; píleo y nuca negros; pico rojo, generalmente con punta negra; en invierno, los jóvenes y adultos presentan frente blanca; sexos iguales.

Nidificación: Nido en depresión del suelo, formado por manojo de hierba o juncos, forrado a menudo con conchas, hierbas o pedazos de madera por la hembra; puesta, de abril a junio, de 2 a 3 huevos ocráceos, verdosos o blanco-azulados, generalmente con gruesas marcas castañas; incubación, alrededor de 23 días, principalmente por la hembra, a la que alimenta el macho con pececillos; los pollos, atendidos por los dos progenitores, dejan el nido a las pocas horas, volando a las 3 ó 4 semanas.

Alimentación: Pececillos; algunos insectos.

Hábitat: Mares costas y estuarios.

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