Vencejo Pálido Apus pallidus Como pasa muy
desapercibido, el Vencejo Pálido Apus pallidus ha sido considerado en
la Península Ibérica siempre como especie escasa. No es fácil distinguirlo
entre los grupos de vencejos comunes
con los que normalmente se asocia. De
su mismo tamaño y silueta de vuelo, solamente de cerca se puede ver bien el
color general pardo del dorso y partes inferiores con ligeros tonos
grisáceos, excepto la garganta que es blanca en mayor extensión que el común
y un tenue moteado claro de los flancos. Visto por delante, la cara parece
enteramente blanca. En buenas condiciones de luz y proximidad parece gris
pálido por encima y si su vuelo no fuera tan rápido podría apreciarse la
zona más pálida que tienen las plumas secundarias por debajo y que es rasgo
notorio cuando se maneja este pájaro en la mano. La cabeza es más ancha que
la del Vencejo Común y la cola menos ahorquillada. Los vencejos pálidos
jóvenes tienen las plumas, sobre todo las de sus partes inferiores, orladas
de color blanquecino, quizá más ancho que las del común. Su vuelo es como de
Vencejo Común y resulta muy difícil distinguir a determinada altura una
especie de otra, ya que la garganta blanca es apenas un rasgo de valor
cuando tanto una como otra especie pasan volando sobre el observador. Quizá
en sus costumbres exista un carácter más apagado, menos viveza en el vuelo,
más lentitud en sus acciones y también los grupos de vencejos pálidos
chillan mucho menos, son menos estridentes y notoriamente su voz es más
débil. Poco se han estudiado las costumbres de esta especie que salvo en lo
que se refiere a la nidificación no deben diferir mucho del Vencejo Común Especie netamente
mediterránea y del norte de Africa, parece que se va extendiendo y de un
hábitat costero ha pasado a reproducirse en el interior. En el Sur de Iberia
cría en acantilados marinos en colonias reducidas y sólo ocasionalmente
numerosas, pero rara vez sobrepasa cada una la docena de parejas. También en
ciudades se ven parejas dispersas. Ahora parece en expansión y su presencia
en ciudades y pueblos de Extremadura, Salamanca, Zamora y León, ya no es tan
ocasional como se consideraba hace años. Desde la cita de Abs (1938) quien
señala la presencia «seguramente en paso» de este Vencejo por Linares de
Riofrío (Salamanca) confirmándola con dos capturas, las observaciones se han
multiplicado, pero no tanto los datos de reproducción. Algunas colonias han
sido descubiertas en ruinas de castillos, puentes de piedra, paredones y
canteras abandonadas. En España ha iniciado una moderada expansión siguiendo
en parte el valle del Guadiana. A diferencia del Vencejo
Común, sus nidos se asemejan a los de la Golondrina Común y son construidos
contra una pared vertical, normalmente protegidos por encima por la roca
saliente, un alero o un voladizo. También en el interior de entrantes,
arcadas, huecos formados por piedras desprendidas bajo puentes, etc. El
material está formado casi exclusivamente por paja y plumas aglomeradas con
la saliva del propio pájaro y forrados interiormente con plumas. Las
primeras puestas pueden encontrarse a partir de los últimos días de abril y
quizá antes puesto que este pájaro es un migrador que llega muy temprano a
Iberia. Una segunda puesta a partir del mes de julio está bien comprobada y
es frecuente que el Vencejo Pálido esté criando todavía en el mes de
octubre. La puesta normal es de 2 huevos, pero 3 no son raros, sobre todo en
la primera nidada. La segunda suele ser de 2 huevos. Son de color blanco,
lisos y sin brillo. El promedio de medidas obtenido da 25,6 x 16,8 mm.
(Harrison, 1975) Ambos adultos parecen incubar alternadamente durante 19-20
días. Alimentados por los padres con insectos que acumulan en la garganta al
modo usual de los vencejos, permanecen en el nido de 37 a 40 días y cuando
salen vuelan muy bien siendo entonces capaces de capturar insectos como los
adultos. A partir de septiembre
inician la marcha hacia su zona de invernada en Africa y mezclados con los
últimos vencejos comunes pasan el Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, aún
quedan muchas parejas comprometidas en su segunda nidada que normalmente no
abandonarán nuestro país hasta los últimos días de octubre. Ocasionalmente
se ven en noviembre y probablemente muchas de las observaciones tardías que
se han atribuido a vencejos comunes hay que pensar que pertenecerían a
vencejos pálidos en migración. Algunas colonias descubiertas en el sur de
Francia (Affre, 1967) están ocupadas hasta mediados de noviembre, aunque hay
que pensar que la situación es verdaderamente excepcional y la mayoría dejan
para últimos de octubre sus colonias de cría. No es conocido con
certeza el cuartel de invierno de esta especie. Lack cita la captura de un
ejemplar en diciembre en Rhodesia. Moreau (1972) citando a Vaurie, señala
como el lugar de invernada de la subespecie que vive en el Mediterráneo
occidental (brehmorum) a Zambia y Botswana, pero debería ser
extendido para comprender también Uganda donde en enero se capturó un
ejemplar de este vencejo, mas otros en noviembre en Darfour (Sudán). En
Africa Occidental se ha observado recientemente lo mismo en Nigeria que en
el borde Norte de la Zona de Inundación del río Níger. En conjunto los
síntomas favorecen la estimación de que Apus pallidus inverna en gran
parte del Africa occidental y esta opinión está reforzada por la pronta
llegada primaveral a Marruecos donde las observaciones comienzan a hacerse
ya en los últimos días de enero. La evidencia de que este Vencejo invernaba
sólo al sur del Ecuador es ahora menor de lo que se pensó en un principio.
Irwin y Benson (1966) únicamente fueron capaces de ver en invierno uno de
estos pájaros al noroeste de El Cabo (Sudáfrica), supuestamente de la
subespecie brehmorum y otro en Zambia (diciembre) de la subespecie
pallidus del norte de Africa. |