Rascón Europeo

Rallus aquaticus

Uno de los pájaros misteriosos de las marismas aguazales y riberas, es el Rascón Europeo Rallus aquaticus, una especie de pájaro que suele ser mucho más oído que visto. Los adultos tienen las partes superiores de color pardo o marrón claro con manchas negras formadas por los centros muy oscuros de las plumas. Los lados de la cabeza, la garganta y el pecho son de color gris pizarroso. El vientre es pardo claro y los flancos negros o gris oscuro rayados de blanco, un detalle muy conspicuo si se consigue descubrir a este pájaro cuando camina entre la vegetación. Bajo el nacimiento de la cola hay unas plumas blanquecinas. Su distintivo más llamativo es posible que sea el largo pico de color rojo, negruzco al final, que le distingue de otros pájaros de marisma. Las patas y los pies son pardos rosado o verdoso y el iris rojo.

El Rascón Europeo es uno de los pájaros más difíciles de ver entre la vegetación. Muy tímido, permanece escondido durante todo el día y sólo de forma muy ocasional sale fuera de cobertura vegetal. Si se le descubre, corre a esconderse entre las plantas acuáticas, llevando la cabeza baja y entrando por entre las cañas con una facilidad asombrosa. Si se asusta mucho y vuela lo hace de forma muy débil, como con dificultad, aleteando desordenadamente y a los pocos metros dejándose caer, casi zambulléndose entre los carrizos, para seguir corriendo por el suelo. Si tiene que atravesar una zona de aguas someras nada fácilmente y con cierta rapidez, moviéndose a un lado y a otro como si fuera una embarcación sin timón. Bannerman comenta un hecho que también llama la atención. ¿Cómo es posible que con un vuelo tan débil sea capaz de recorrer tan largas distancias en migración? Probablemente esa forma de volar indecisa y con las patas colgando no es la que el pájaro practica para atravesar grandes masas de agua y de tierra. A este respecto, Tucker asegura que cuando vuela largas distancias las patas no cuelgan y bate las alas con fuerza. Normalmente es solitario y rara vez pueden sorprenderse dos juntos, aunque sí escuchar su típico chillido en los aguazales, repetido de forma que no se puede saber si es un solo rascón o varios. De forma ocasional se posa en ramas de arbustos. Walpole-Bond escribe que el rascón es muy susceptible al frío y probablemente debido a la circunstancia de que las charcas y marismas pueden helarse el pájaro se encarama en matas bajas y tallos secos de carrizos. Pero muchos mueren o quedan parcialmente paralizados. Los persistentes fríos y consiguientes heladas habidas en octubre y noviembre de 1962 trajeron sobre el norte de la Península Ibérica una gran cantidad de estos rascones.

El Rascón Europeo se alimenta tanto de materia vegetal como de insectos. Larvas y gusanos que encuentra entre los tallos y las raíces de las plantas acuáticas deben formar una parte muy importante en su dieta. También pequeños crustáceos y moluscos. Raíces y semillas son citadas por Jourdain. Sin embargo, este pájaro tiene costumbres auténticamente depredadoras sobre otras especies. Las ranas sobre todo, sufren las consecuencias. Se ha comprobado que después de apresarlas les abre el vientre y come las entrañas. La captura de pequeños pájaros ha sido observada ya con relativa frecuencia y se han producido casos curiosos que acreditan cierta astucia al rascón. Los anilladores franceses L. y P. Marion (1974) que habían instalado una red para capturar y anillar pequeños pájaros en el Gran Lago del departamento francés de Loire Atlantique, se vieron sorprendidos por la gran cantidad de pájaros que después de llevar cierto tiempo en la red atrapados aparecían muertos o heridos. La mayoría de ellos tenían arrancada la piel de la cabeza, roto el cráneo y el cerebro había sido extraído. Sospechando que el hecho no debía ser sólo imputable a las ratas, pudieron observar sorprendidos que los autores eran una pareja de rascones que habitaban en la marisma. Los casos de pájaros capturados por el rascón se han multiplicado en los últimos años. Lo mismo sucedió en un comedero artificial para aves en Inglaterra que estaba situado cerca de una pequeña laguna. Todos los días un rascón capturaba en él un pájaro y los observadores pudieron ver cómo en algún caso la víctima era llevada hasta el agua y metida bajo la superficie hasta que moría ahogada, conduciendo después el cuerpo el rascón hacia los carrizos firmemente sujeto con el pico. Muchas de estas sorprendentes capturas por un pájaro que siempre se tuvo como devorador de insectos y plantas, están en parte relacionadas con situaciones invernales duras. Una mayoría de las observaciones depredadoras que se citan han sido realizadas en época invernal y cuando el suelo estaba cubierto de una buena capa de hielo y nieve. Se dan entre otras especies como víctimas del Rascón Europeo, Chochín, Pardillo Común, Verderón Común, algún escribano, pinzones, correlimos menudos, etc.

Expresar en palabras el sonido típico de un rascón es difícil. Se escucha con más frecuencia de noche y aunque con variaciones recuerda su voz a un chillido estridente más procedente de un cerdo doméstico que de un pájaro. Pero este grito tiene un matiz que lo hace aún más curioso. Parece como si un animal estuviera siendo ahogado y lanzara su último grito de agonía. WalpoleBond (1939) en quien hay que admitir una gran experiencia y fiel interpretación distingue en la voz principal del rascón tres sonidos. Un primer grito como el producido por cerdos de cría; un segundo similar al chillido de agonía que produce una rata o un conejo que acaba de ser atrapado por un cepo; y un tercer sonido igual al que emite a veces el Búho Chico Asio otus. También lanza otros de interpretación subjetiva y que corresponden a diferentes estados de animo del pájaro. Al volar se le oye un áspero ¡¡kerrek!! y si está alarmado un débil ¡¡kuit!! Más a menudo que éstos lanza un rápido y repetido ¡¡kik-kik-kik-kik-!! De cualquier manera y lo mismo que sucede con las polluelas, las voces del rascón emitidas de noche desde las profundidades de un carrizal se confunden con los múltiples sonidos de la marisma y es difícil determinar a veces a qué especie pertenecen.

El Rascón Europeo anida entre los carrizos o densa vegetación acuática y en realidad su nido es muy difícil de descubrir a no ser que se trate de una pareja que por pura casualidad lo haya hecho en un lugar fácilmente accesible. Con relativa frecuencia el nido está situado a cierta altura del suelo de manera que así se evita cualquier posible inundación por subida del nivel del agua de la marisma o pantano. En el norte de la Península la mayoría de los nidos están en la vegetación que bordea brazos de agua o canales circundantes de marismas y praderas inundables. En el resto de Iberia los densos carrizales cobijan la mayor parte de los nidos. La cría de esta especie ha sido comprobada a alturas superiores ligeramente a 1.000 metros sobre el nivel del mar (Lago La Ercina, Parque Nacional de Covadonga). Están hechos con juncos secos y alguna hoja de carrizo, pero muy pocas. Y ciertamente parecen pequeños con un diámetro que rara vez sobrepasaba los 15 centímetros y protegidos con frecuencia por encima con vegetación apelmazada muy planos, teniendo una amplia cavidad central, pero que resultaba poco profunda, no más de 3 centímetros. Como el rascón emite su sonora voz entre los primeros días de febrero y los últimos de abril, pronto se puede localizar su normalmente pequeño territorio. Después de abril canta poco y hasta finales de septiembre se le oye mucho menos. Incomprensiblemente hay días del verano en que canta con fuerza.

En los primeros días de abril en lugares favorables pueden ya verse las primeras puestas de huevos. Pero no es hasta finales de ese mes y sobre todo en mayo cuando todos los rascones están ocupados en la cría. La puesta consiste normalmente en 6-8 huevos, con frecuencia más, pero también 5, aunque puede estar el número falseado por la depredación de ratas. Jourdain da extremos de 6 y 11 y muy raramente hasta 16. Verheyen estima como general una puesta de 8 a 10 huevos y como extremos 6 y 13. Su color es crema con raras manchas de color pardo rojizo y en los que tienen tonalidad más clara se aprecian bien en el extremo ancho puntos gris azulados. Jourdain obtuvo para 100 huevos un promedio de medidas de 35,92 x 26,01 mm. con un máximo de 38 x 25,5 mm. y uno muy pequeño de 32,5 x 24,1 mm. Verheyen en Bélgica y para 19 huevos obtuvo un promedio de 34,7 x 25,3 mm. y en Alemania Niethammer para 58 determinó 35,6 x 25,7 mm. Las puestas pueden encontrarse entre abril y julio y aunque es posible que algunas sean reposiciones de otras depredadas o destruidas por crecidas de las aguas, Walpole-Bond estima que no puede ponerse en duda que esta especie realiza dos crías al año. Ambos sexos incuban, más tiempo la hembra y la puesta de los huevos es consecutiva sin intervalos superiores a 24 horas, iniciándose la incubación con el último huevo. Esta dura entre 19 y 21 días y los pollos al nacer están cubiertos con un largo y sedoso plumón negro que en la cabeza tiene reflejos verdes y una zona rojiza en la nuca. El pico es claro y notoriamente algo más largo que el de las polluelas. Las patas son negras. A los dos meses ya están completamente emplumados y vuelan como los adultos. Su plumaje es entonces pardusco por debajo con motas y rayas más oscuras. Los rascones en su primer invierno se parecen a los adultos, pero sus partes inferiores son pardas y están moteadas de marrón.

El Rascón Europeo es un pájaro típico de pantanos, marismas, ciénagas, aguazales con junqueras, carrizales, riberas con vegetación acuática y orillas de lagunas y embalses con aguas someras. En todos lugares parece alcanzar una densidad reducida, aunque esto es relativo puesto que el pájaro es difícil de ver y solamente podemos saber de él por su voz.

Salvo en el norte de Escandinavia y Rusia septentrional, esta especie se extiende en mayor o menor densidad por toda Europa. En algunos lugares es local, correspondiendo con la existencia de hábitat adecuados. En Iberia no se puede decir que sea un pájaro abundante, pero tampoco escasea y está presente en casi todas nuestras zonas húmedas, sean grandes o pequeñas. La población ibérica parece ser sedentaria, aunque no dejará de estar sujeta a dispersiones, probablemente dentro de la propia Península. También se recibe un buen número de rascones de procedencia extrapirenaica como se deduce del paso otoñal que, por lo menos en Guipúzcoa y Navarra, ha parecido siempre muy acusado. El paso primaveral en aquellas regiones se siente pronto y ya en los primeros días de febrero, si coinciden con vientos del Sur, el paso de palomas y de milanos es simultáneo con la presencia en los carrizales del río Urola y del Bidasoa de una notoria cantidad de rascones. En Marruecos se ven numerosos los rascones en invierno y sin duda que han atravesado muchos la Península Ibérica y hasta cabe pensar que una parte de nuestra población viaje hacia el Sur. Los anillamientos y las consiguientes recuperaciones en Europa muestran cierta anarquía en los movimientos migratorios de estos pájaros. Para Bernis (1966) el rascón da la impresión de ser un migrador con movimientos mal definidos, propenso a fugas y otros desplazamientos irregulares