Pico Dorsiblanco

Dendrocopos leucotos

Una de las especies más escasas del bosque peninsular es el Pico Dorsiblanco Dendrocopos leucotos. Este pájaro es algo mayor y de aspecto más oscuro que el Pico Picapinos y como resulta muy manso no es dificil realizar su identificación. Los machos, de aspecto grácil, tienen la frente blancuzca y la parte superior de la cabeza o píleo de color rojo vivo hasta la nuca. Los hombros y parte superior de la espalda son negros que en la mitad de ésta comienza a estar listada de blanco y así es también el obispillo blanco rayado de negro. La garganta es blanca y el pecho amarillento estriado de negro hasta el vientre que es rosa, lo mismo que las infracobertoras de la cola. Las alas tienen manchas blancas muy destacadas sobre el fondo negro y carecen de las ovaladas que tienen el Pico Picapinos y el Pico Mediano Dendrocopos medius en los hombros. Los ojos son pardorrojizos. Las hembras adultas como los machos con muy ligeras diferencias, salvo él píelo que es negro y carece de vestigio alguno de rojo.

Los dorsiblancos jóvenes tienen las puntas de las plumas del píleo de color rojo oscuro y el rosa de las partes inferiores es de tono muy apagado y alcanza menor extensión. El pecho es más oscuro porque las rayas longitudinales son más anchas y grises y el iris de los ojos es rosa anaranjado.

Vaurie (1965) distingue en Europa dos razas. Dendrocopos leucotos leucotos que vive en el Oeste de Europa Continental desde Escandinavia al Norte hasta Alemania, Austria, Cárpatos y Ukrania al Sur. La subespecie Dendrocopos leucotos lilfordi, que es la que se ha señalado para la exigua población del Pirineo, difiere claramente de la anterior por tener el obispillo netamente rayado de blanco y negro, más densamente estriados de negro los flancos y las rectrices exteriores de la cola con bandas más anchas y simétricas. Ocupa esta raza el sudeste de Europa y queda una población relicta en los Pirineos, quizá en Córcega y muy rara en los Abruzos italianos. Los Balcanes parecen tener el grueso de la población europea de Leucotos lilfordi.

En los Pirineos los mejores estudios sobre su situación allí en la vertiente española han sido realizados por Purroy en 1970-71 y por Senosiain en 1972-75. Purroy estima que aunque el plumaje parece ser semejante al de los que habitan los Balcanes, las medidas corporales los separan como una población de mayor talla. El biotopo típico de esta especie está formado por hayedos viejos de Fagus sylvatica mezclados con abundantes abetos Abies alba. El comportamiento de los pájaros es en cierto modo similar al de otros picos, pero siendo destacado en ellos la mansedumbre de que hacen gala y la indiferencia ante la presencia del observador. No obstante, algunos se muestran esquivos. Senosiain observó en enero de 1975 un macho que arrancaba astillas grandes de una vieja Haya y que al darse cuenta de que era observado se alejó. Para él era la primera vez que leucotos tenía este comportamiento. Aunque es pájaro escaso las parejas vagan juntas, pero su comportamiento individual difiere principalmente en la forma de buscar el alimento. Purroy estima que mientras los machos, en función de una mayor potencia en el pico, perforan la madera para obtener larvas e insectos, las hembras frecuentan el ramaje alto de los árboles levantando pequeños trozos de cortezas. Este aparente dimorfismo sexual en la forma de obtener el alimento resulta curioso. Como consecuencia de ello los machos siempre son más, visibles, pues escogen zonas bajas donde la madera podrida caída en el suelo o los tocones les proporcionan la oportunidad de arrancar pequeñas astillas, dejando como huella menudos agujeros de los que extraen las larvas. Sin embargo, también las hembras son capaces de arrancar astillas de buen tamaño golpeando con el pico en madera vieja (Senosiain, bosque de Quinto Real, Navarra en enero). La estimación hecha por Purroy de que al variar el lugar donde machos y hembras buscan su alimento, procurando así una utilización eficiente del biotopo y disminuyendo por lo tanto la competencia intersexual al comer, es confirmada por Senosiain. De los datos que facilita, nacidos en observaciones directas realizadas por él «de seis observaciones de dorsiblancos machos, en cinco ocasiones se desplazaban eligiendo tocones, troncos caídos en el suelo o parte media y baja del árbol y sólo en un caso el pájaro se desplazaba alto. De cinco observaciones de hembras, en todas el pájaro andaba por la parte alta del árbol y sólo de forma ocasional descendía hasta el suelo». A partir de febrero se escuchan sus tamborileos sobre la madera hueca sin corteza que duran aproximadamente un segundo y realmente son 14-17 picotazos seguidos muy rápidos como si la cabeza del pájaro fuera un resorte vibrando (Purroy, 1974). Durante la incubación y mientras la hembra está en el nido, el macho tamborilea de vez en cuando no lejos, normalmente a 150-200 metros de distancia (observación de Senosiain el 18 de mayo).

La voz de este pájaro se diferencia difícilmente de la emitida por el Pico Picapinos si no se conoce bien a las dos especies. Pudiendo compararlas no puede existir duda alguna. El Pico Dorsiblanco lanza ¡¡ptiik!! más bajo, no tan sonoro ni penetrante como la voz similar del picapinos y no se prodiga tanto. Para Senosiain el grito de leucotos es mucho más sordo y no tan agudo. En realidad puede pasar muy desapercibido aunque no resulta un pájaro muy silencioso fuera de la época de la reproducción. Senosiain lo oye en otoño e invierno. En octubre una hembra cantaba constantemente en los bosques de Quinto Real mientras picoteaba en un tronco de haya caído en el suelo. El 2 de octubre de 1974 en el bosque del Irati escucha simultáneamente llamar a varios leucotos mientras recorren una zona frondosa de hayas.

Se alimenta de insectos y larvas de ellos que captura en la forma que ya se ha explicado. Su territorio es muy amplio y vaga incansable, picoteando aquí y allí entre el musgo acumulado sobre las cortezas rugosas. Purroy describe su experiencia en el bosque del Irati (Navarra) cuando pudo observar a estos pájaros en bosquetes a la orilla del río formados por Corylus avellana, Fagus sylvatica y Carpinus betulus. Su primera sorpresa fue comprobar que estos pájaros consumían avellanas. Gracias a la mansedumbre de estas aves los detalles de la operación pudieron ser bien observados por el naturalista. «El pájaro alcanza un avellano volando desde cualquier árbol cercano. Aterriza en una de las múltiples varas de este arbusto que recorre hasta su extremidad frondosa. Allí, en equilibrio inestable coge con la punta del pico el pedúnculo del fruto y lo arranca, involucro verde incluido. En un nuevo vuelo lo lleva hasta un carpe donde encastra la avellana en cualquier acanaladura. La característica de esta especie arbórea es la sección acanalada del tronco en vez de la circular típica. Varios picotazos rompen la cáscara que cae en trozos irregulares mientras se come la pulpa pausadamente sin triturarla. Al contrario del Pico picapinos, estos lugares de barrenamiento de frutos son elegilos al azar, sin ver repeticiones en el mismo sitio». Los contenidos estomacales de dos ejemplares capturados por Purroy eran para el macho: 90% fragmentos de avellana; pero había también 2 larvas de Cerambycidae, 7 nandibulas y astillas pequeñas. En la hembra había 40 por ciento de fragmentos de avellana, restos de pequeños Carabidae, una arva de Buprestidae, 75 larvas de mosca de los árboles (Xylophagus), 5 cabezas de larvas y 22 mandíbulas.

A partir de abril los pájaros pueden comenzar a horadar una cavidad para la cría normalnente en un árbol seco que no necesarianente es muy grueso. A finales de mes o a principios de mayo la puesta de 3-5 huevos le color blanco ya está completa. Estos niden en promedio 28 x 20 mm. (medidas extremas: 24,5-30,2 mm. x 19-21,4 mm.) y son incubados por ambos adultos alternadamente durante 11-12 días. Los pollos al nacer carecen completamente de plumón y son alimenados por ambos adultos pico a pico que trabajan intensamente, no alejándose mucho del nido para recoger las presas. Se dice que el nacho incuba durante la noche, lo que no sería extraño si tenemos en cuenta que lo hacen así otros picos. En el mes de mayo de 1975, Senosiain descubre el primer nido para a Península Ibérica y realiza un éstudio bastante completo cuyos datos facilita y se resume aquí por su gran interés. El día 1 de mayo observa una hembra de leucotos que abandona un agujero de un Haya en el que entra inmediatamente el macho y a pocos segundos asoma por el agujero una masa de serrín pequeña que el pájaro desplaza sin salir, tirándola fuera. No hay duda de que está horadando la cámara del nido. Esta operación se repite, cayendo también astillas y permaneciendo el macho en su trabajo por lo menos durate una hora. Todavía en esa fecha no han brotado las hojas de las hayas. El nido está situado a una altura de 24 metros del suelo y aunque el árbol está sano, tiene su parte superior rota debido probablemente al peso de la nieve. En ella está precisamente el agujero ya que la madera allí está muerta. Su orificio de entrada es circular y está orientado al Sudeste. En este mismo Haya de 40 cm. de diámetro existen dos entradas a un nido viejo de Pito negro que están a 16 metros del suelo y con orientación al Nordeste. El árbol se halla enclavado en la cabecera de un barranco y situado en una ladera de bosque viejo hayedo-abetal de la extensa selva del Irati (Navarra). La ladera se orienta al Noroeste y toda la zona está clareada por explotación forestal. Senosiain descubre allí plantas de Scilla liliojacinthus, Pulmonaria officinalis, Anemone nemorosa, Ranunculus sp., Saxifraga hirsuta, Luzula maxima, Polystichum, Valeriana pyrenaica, etc., habiendo también bastantes abetos jóvenes Abies alba. El 10 de mayo ya están incubando los pájaros y al golpear suavemente el tronco a las 12 horas es el macho quien se asoma. Senosiain presencia el relevo por la hembra. Cuando los pollos han nacido, ambos adultos ceban y el tiempo mínimo anotado entre cada llegada con cebo por el macho no es superior a 2 minutos. Dado que la incubación dura 11 días, esta pareja habría puesto el 8 o el 9 de mayo. Si lo hubieran hecho el día 8, los pollos nacerían el 18 de mayo y si el 15 de junio abandonaron el nido, resultan 28 días de estancia en él. En cambio, si han puesto el 9 de mayo, nacerían el 19 para terminar su permanencia el 15 de junio, es decir, 27 días de estancia, Mientras los adultos ceban, los pollos hacen un extraño sonido y las bolsas de los excrementos son retiradas periódicamente, parece que sobre todo por el macho. El alimento es obtenido muy cerca del nido como lo prueba la frecuencia en las llegadas con cebo y Senosiain estima que el territorio ocupado por una pareja durante la cría será aproximadamente de 9,6 Ha. de bosque viejo hayedo-abetal. Después de cebar y cuando son muy pequeños los pollos, el macho se queda dentro a empollar, aunque esto también debe hacerlo la hembra. En el mes de julio Bergerandi observa en los valles de Linza y Maze (Navarra-Huesca) dos leucotos jóvenes junto con un macho adulto posados en un gran tocón de haya. Esto parece indicar que las familias vagan juntas por el bosque probablemente por un período superior a un mes después de dejar el nido.

La población ibérica de Dendrocopos leucotos es escasa, aunque algunos ornitólogos como el francés Thiollay creen que no tanto como se dice. Purroy señala que habita los hayedos más viejos y que la población estimada para Navarra no sobrepasará mucho las 15 parejas con especial concentración en el bosque del Irati, rincón de Belagua y macizo de Anielarra. También se ve en el Parque Nacional de Ordesa (Huesca) según observación de Aragüés y parece más numeroso en la vertiente francesa de los Pirineos donde Thiollay en abril de 1963 fue capaz de contar hasta 15 dorsiblancos entre la parte oriental de Irati y el macizo de Ossau. En conjunto este pájaro ocupa una zona bien localizada en la parte centrooccidental del Pirineo. La de preferente localización se extiende desde el límite con la provincia de Huesca al Este hasta Quinto Real-Ulzama al Oeste. Además de los lugares señalados por Purroy, Bernis e Iribarren lo observan en el bosque del Irati e Iribarren en el monte Lindoux. Bergerandi lo encuentra en los bosques de Olaldea, Sierra de Ekiza, collado de Maze-Linza y Senosiain realiza sus observaciones en el Irati, Valle de Ulzama, y cree que el mayor núcleo estará en Sorogain y Quinto Real. También es posible que habite todo el año los bosques de Olaldea-Baigura, lo que explicaría la observación de un joven del año en la Sierra de Ekiza. Su presencia y por lo tanto reproducción en la Cordillera Cantábrica occidental no ha sido demostrada, pero realmente pocas son las personas que han conseguido penetrar en los densos hayedos de muchas laderas y menos aún las que son capaces de diferenciar a este pájaro de un vulgar Pico picapinos. Purroy no descarta que durante el invierno los jóvenes sean afectados por cierto erratismo que los lleva a alejarse de su biotopo habitual lo que podria explicar la cita de Iribarren de un posible ejemplar de esta especie escuchado por él en un pinar de Bigúezal en la Sierra de Leyre en pleno invierno, que significa un desplazamiento de 50 km. desde los bosques del Irati o Roncal.

Dendrocopos leucotos ha sido localizado también en bosque mixto de robles Quercus pedunculata, hayas, castaños Castanea satyva a 650 metros de altitud y en bosque mixto de hayas y robles Quercus petrea a 1.000 metros. La mayoría de las observaciones realizadas por Senosiain lo fueron en niveles boscosos desde 780 a 1.700 metros.