Ostrero Euroasiático

Haematopus ostralegus

 

El Ostrero Euroasiático Haematopus ostralegus es un pájaro inconfundible y bien conocido, sobre todo en las costas cántabroatlánticas de Asturias y Galicia, donde los pescadores lo llaman «levantallámpares» y «Llampariego», nombre alusivo a su costumbre de comer lapas (Patella spp ). Su plumaje ofrece un fuerte contraste con la cabeza, espalda y dorso de las alas de color negro fuliginoso, atravesadas éstas diagonalmente por una ancha banda blanca, siendo también blanco el obispillo o rabadilla y parte de la cola que termina en una ancha franja negra. El pico es largo, fuerte y de color rojo bermellón, y las patas, rojo coral. Sus partes inferiores son blancas y los jóvenes tienen sobre la negra garganta un collar blanco, pero no todos. Este patrón de plumaje puede tomarse como general, pero existe mucha variación dependiente de la edad y cambiante con la estación del año. Así, en el invierno la frente y los lados del cuello son blancos y las patas tienen color carne. La presencia del collar blanco sobre la garganta ha sido tema para mucha discusión en el campo de la ornitología especializada. Pero está ahora claramente establecido que este collar es connatural en el plumaje de los jóvenes, que lo desarrollan gradualmente desde poco después de su nacimiento y lo mantienen durante los años de inmadurez. En el mes de diciembre está ya completado en ostreros en su primer año de vida. En sucesivas mudas lo renuevan hasta que al alcanzar la madurez llegan a su lugar de reproducción la mayoría de ellos sin apenas trazas del color blanco sobre su garganta. Sin embargo, en éstos aparece por abrasión o desgaste de las plumas, a partir del mes de julio, un collar blanco incompleto que puede dar lugar a confusión, al considerar a estos ostreros como inmaduros. Es necesario señalar también que no todos los inmaduros llegan a tener el collar.

Cuando el ostrero vuela, su plumaje resulta muy conspicuo y aun a distancia puede apreciársele el color rojo del iris. Su voz, usualmente, consiste en un silbido emitido en tono alto y que podríamos expresar como «kliip»... «kliip»... ckliip»..., y que los pájaros lanzan muchas veces a coro. De conducta activa, se mueve por las orillas de las playas en una actitud curiosa como la del que está buscando algo en el suelo. Durante la reproducción ocupa arenales y dunas con vegetación somera o arbustiva muy rala, playas de cantos rodados y, ocasionalmente, páramos costeros cercanos a playas y acantilados. En el invierno es esencialmente costero, frecuentando playas, estuarios con zonas extensas de limo, marismas y praderas húmedas.

La conducta del Ostrero Euroasiático está bien estudiada porque la especie abunda mucho en Europa por todas las costas de Escandinavia, Báltica del Sur, Mar del Norte, costas de Gran Bretaña e Irlanda, anidando incluso en zonas del interior de Escocia. En Iberia es escaso como reproductor, y pocas parejas anidan en Galicia, y escasamente en el delta del Ebro y costa catalana. No hace aún muchos años era un reproductor común en las dunas de las rías gallegas y en playas solitarias de Asturias. Hoy, el aumento de población humana y lo frecuentadas que son todas las playas, impiden a los ostreros establecerse para criar.

Refiriéndose al delta del Ebro, Salvador Maluquer (1971 ) estima con Bernis que el ostrero «anida raro en el Mediterráneo», e incluye cuatro datos de cría en el delta, correspondientes, uno a un nido con 3 huevos en mayo de 1964, del que sólo probablemente se logró salvar un pollo (Punta del Fangal); en el mismo lugar al siguiente año, fue observada una pareja, dando señales inequívocas de que, o bien tenía un nido o estaban ya cebando pollos. En mayo de 1967, Luis Pechuán encontró un nido con 3 huevos en la playa de la Isla de Buda. Por último, en la antes citada Punta del Fangal, en mayo de 1968 fueron observadas dos parejas en la playa, seguida una de dos pollos y la otra de uno solo. No hay duda, pues, que en el Mediterráneo la especie anida con irregularidad, y sucede exactamente como en el Cantábrico. Van quedando pocas zonas solitarias sin urbanizar y los pájaros encuentran grandes dificultades para pasar inadvertidos. En Galicia crían más parejas, pero lo hacen entre vegetación que nace en lechos secos de rías y en isletas formadas de cantos rodados, donde, aun levantando los pájaros del nido mientras incuban; resulta difícil descubrir la puesta, porque el ostrero camina, al ser molestado, de 25 a 30 metros, antes de iniciar el vuelo.

También en época de reproducción se ven numerosos ostreros inmaduros, que aún no pueden criar, formando pequeños bandos y posados en islotes rocosos y peñas próximas a las rompientes. La mayoría de éstos suelen ostentar una mancha blanca en el pecho y garganta, tal como ya se ha explicado arriba y que resulta muy visible.

Se decía antes que las costumbres de este pájaro han sido bien estudiadas. Y así es. Se trata de una especie que, además de un plumaje muy notorio, posee un silbido aflautado agradable al oído y que lanza con mucha frecuencia. Los grupos de ostreros que durante los últimos días del invierno se pueden ver en las playas de las rías gallegas, ejecutan una especie de danza a base de rápidas carreras junto a la orilla, llevando el largo pico apuntado hacia abajo y emitiendo a la vez sus melodiosos silbidos que en Galicia les ha valido en varios lugares el sobrenombre de «gaiteiros de arena». Y no es para menos: el naturalista Julián Huxley describe así esta ceremonia prenupcial: «cualquier número de ostreros, desde uno a siete u ocho, o posiblemente más, pueden tomar parte en ella. Típicamente lo que ocurre es lo siguiente: uno o más pájaros empiezan el alto y característico silbido que es emitido de forma especial, con la cabeza y el pico directamente apuntados hacia el suelo; el pico permanece abierto y de cerca se aprecia una ligera vibración, el cuello echado hacia adelante y los hombros levantados. Algunas veces, no siempre, todo el cuerpo se bambolea arriba y abajo a intervalos, de la forma que lo hacen otros limícolos. Los ostreros corren con pasos rápidos y cortos, girando repentinamente ángulos de 180% a menudo codo con codo dos pájaros y otras veces formando juntos como una serpentina». Todos estos movimientos acompañados de sus melodiosos silbidos constituyen un espectáculo que, presenciado en las tranquilas playas gallegas o en los extensos arenales de la costa norte de Portugal, causan una impresión imborrable, aun en personas no atentas especialmente a las costumbres de los pájaros. Se encuentra cierta relación entre este ritual de los pájaros y determinadas representaciones del folklore de Galicia, Irlanda, Bretaña y Escocia, cuyo común denominador es el sonido de la gaita.

Pero no terminan aquí las curiosas costumbres del ostrero, puesto que, frecuentemente, han sido observados grupos de ellos que recogen entre el limo o la arena de los estuarios, al bajar la marea, conchas de almejas, berberechos y mejillones, acumulándolos formando pequeños montones, conducta que no parece tener una explicación para los humanos, pero que, cuando se encuentran estos grupos de cáscaras y conchas, juntas, nadie se imagina que el recolector ha sido un pájaro. Quizá el idioma vascuence ha expresado muy bien esta conducta al llamar al ostrero «Itxas mika», es decir, Urraca de mar, aunque el comportamiento no fue en principio la motivación del nombre, sino el color del plumaje.

El ostrero es un pájaro que no alcanza la madurez hasta su tercer o cuarto año de vida. Los adultos que se emparejan por primera vez, lo hacen en el mes de abril, generalmente como consecuencia de las ceremonias que se han descrito. Los que ya criaron en años anteriores, se emparejan por toda la vida, y la fidelidad a sus lugares de reproducción es muy grande, habiéndose comprobado cómo los mismos ostreros criaban año tras año en idéntico lugar. Durante el invierno, aunque muchos se mueven hacia el Sur, no por eso se separan las parejas, que permanecen juntas en el mismo grupo o bando. Los ostreros son pájaros de larga vida y se cita un excepcional caso de uno anidando en el mismo lugar durante dieciocho años. En este período tuvo dos hembras, la última de las cuales ocupó para la puesta de los huevos el mismo hueco ocho años consecutivos. Sin embargo, estos casos no son corrientes y una duración de vida de once años es mucho más normal.

La puesta del Ostrero Euroasiático consiste, generalmente, en tres huevos, también dos y cuatro huevos son frecuentes. Mayores puestas son sin duda debidas a dos hembras que ocupan el mismo nido. Estos huevos, que tienen forma ovalada más que piriforme, son de color muy variable, pero corrientemente pardo claro el fondo o verdoso muy pálido, y están casi siempre manchados con ligeras rayas rojizas y puntos. Son normalmente muy parecidos a cantos rodados y, desde luego, muy difíciles de distinguir si están entre éstos. Los nidos establecidos en zonas arenosas con rara vegetación pueden estar decorados con alguna pequeña piedra y conchas de moluscos, probablemente en un intento de los pájaros por camuflar los huevos.

El período de incubación varía desde 25 a 31 días, y como los nidos suelen estar en lugares expuestos y frecuentemente transitados, la incubación se prolonga porque los ostreros tienen que dejar varias veces al día las puestas para no descubrirlas. Al nacer los pollos, rara vez permanecen más de doce horas en el nido, refugiándose en seguida entre la vegetación. Por la noche se protegen debajo de la hembra, por lo menos durante 15 días. Vuelan a los 30 días y son entonces acompañados por un adulto que suele ser la hembra, mientras el otro abandona sus funciones de padre y se une a los bandos.

Los ostreros se alimentan fundamentalmente de moluscos marinos. cuyas conchas rompen con relativa facilidad con su fuerte pico. La mayoría de las veces los abren con gran habilidad, pero otras los golpean dentro del fango o de la arena, produciendo un ruido extraordinariamente sonoro. En Galicia, en la bajamar se concentran gran número de ostreros en las rías para comer berberechos (Cardium spp.) y almejas (Tapes spp.), que tanto abundan allí. También mejillones (Mytilus aedulís), navajas (Solen marginatus) y, como ya se ha dicha, lapas (Patella spp ), además de crustáceos, como el cangrejo Carcinus maenas, y entre los anélidos, las lombrices de arena Arenicola marina.

La excesiva abundancia de ostreros en lugares donde la industria de moluscos es importante medio de economías locales, se estima que causa graves perjuicios. Esta situación se planteó recientemente en varios países europeos y en Gran Bretaña se ha autorizado la eliminación por cualquier medio de varios millares de estos pájaros.

Muchas poblaciones de ostreros europeos invernan en sus mismos lugares de reproducción o en zonas próximas, especialmente en países como Gran Bretaña, pero algunos, casi siempre jóvenes del año, alcanzan las costas francesas y del norte de Iberia. De estos jóvenes, varios permanecen durante la reproducción en los mismos lugares donde han invernado y, progresivamente, van año tras año acercándose a sus lugares de cría. En las costas gallegas y cantábricas, en las atlánticas de Portugal y en Huelva y Cádiz se han registrado la mayoría de las recuperaciones de los muchos ostreros que se anillan en Europa todos los años. Entre ellas hay muchas procedentes de Suecia, Noruega y Gran Bretaña, recuperaciones que comienzan en agosto y dan un máximo en octubre.

El ostrero desciende costeando por el litoral occidental africano y muchos se observan en las costas del antiguo Sahara Español e incluso en Gambia y Senegal en los meses invernales.