Negrón Común

Melanitta nigra

Los negrones son patos de costumbres netamente marinas con el plumaje muy oscuro haciendo honor a su nombre. Tienen vuelo potente y son excesivamente tímidos, siendo difícil aproximarse a ellos. Forman enormes bandos que, sobre todo, en migración, llaman la atención por lo espectaculares. En el invierno se mantienen en la mar, pero no lejos de las costas a las que se acercan con preferencia de noche.

El Negrón Común Melanitta nigra mide 48-50 cm. de longitud y el macho tiene el plumaje totalmente negro siendo el único pato de este color. Las hembras son pardas, muy oscuras en el píleo y dorso y con los carrilos y laterales del cuello más pálidos. El pico de los machos es negro con una protuberancia en la base de la mandíbula superior y una mancha anaranjada muy visible.

Es uno de los patos marinos más abundantes y se reproduce en las más altas latitudes europeas. La subespecie nigra es la que cría en el norte de Escocia e Irlanda, Islandia, norte de Escandinavia, Rusia y Siberia. Inverna a lo largo de las costas occidentales de Europa y su paso hacia el Oeste es verdaderamente espectacular. Forma largas líneas negras que cubren el horizonte y que al principio parecen señales de humo negro dejadas por un buque de vapor. Desde el Cabo Peñas (Asturias) y la Estaca de Bares (La Coruña) pueden verse ya a partir de los últimos días de julio y sobre todo en agosto ingentes cantidades de este pato que vuelan hacia el Oeste a no mucha distancia de la costa. Estos «cuervos de mar» como los denominan en Cabo Peñas, confundiéndolos con los cormoranes moñudos Phalacrocorax aristotelis, pasan muy cerca de la costa y de los islotes rocosos, más incluso que los numerosos alcatraces Sula bassana que vuelan y se zambullen muy cerca de las rompientes. Desde lo alto del acantilado del faro (110 m. s.n.m.) se ven en grupos de 10-50 y ocasionalmente mayores pasar bordeando la Isla Erbosa. En la Estaca de Bares, Huyskens y Maes (1971), realizaron un detallado recuento del paso otoñal de negrones comunes. Considerando las observaciones de varios años, estimaron que el paso en las horas de día en septiembre era de más o menos 90 negrones por hora y en octubre de más o menos 110. De esta forma y para 12 horas diarias se obtienen 32.400 en septiembre y 40.920 en octubre. Posiblemente el paso continuaría durante la noche, por lo que es fácil imaginarse la cantidad tan enorme de negrones que pasan por las costas cantábricas en el otoño. Los primeros en pasar eran en un 75% machos adultos en los primeros días de septiembre. A finales de este mes ya la proporción era sólo del 12% y por lo tanto la mayoría eran jóvenes o hembras. Casi todos estos patos invernan en las costas gallegas y portuguesas donde en aguas atlánticas son muchos los millares de negrones que pueden observarse. En realidad está presente todo el invierno en el Cantábrico y con los temporales del Norte muchos penetran en el interior de las rías. En el Mediterráneo no es raro en invierno y se ven pequeños grupos frente a la costa. También ha sido observado como invernante en el Delta del Ebro. Muntaner y colaboradores contaron allí en el invierno de 1973-74, 147. Aunque es pato eminentemente marino hay también alguna rara captura en el interior de la Península. Se ha dicho que algunos inmaduros permanecen durante la primavera y el verano en aguas costeras del Norte de Iberia.