Gaviota Tridáctila

Rissa tridactyla

Una especie que no se había descubierto su reprodución en la Península Ibérica hasta 1975, es la Gaviota Tridáctila Rissa tridactyla, que es invernante irregular, muy rara en el Mediterráneo y no tan escasa en el Cantábrico como pudiera dar a entender la falta de capturas de aves anilladas. Actualmente (2005) existen unas 40 parejas anidando en las costas gallegas. Gaviota de tamaño medio, solamente se la ve en la costa durante la reproducción. Es muy abundante en las costas de Gran Bretaña, Noruega y Bretaña francesa, y una vez terminada la cría vuelve a alta mar, donde pasa el resto del año. Su plumaje es blanco puro, muy sedoso, con las puntas de las alas negras y el dorso grisáceo. El pico es amarillo y un poco ganchudo y las patas negruzcas. Los ejemplares jóvenes, que son los que más frecuentemente se ven en las costas ibéricas del Norte, tienen un dibujo oscuro en zigzag sobre el ala, que resulta dato inconfundible para la identificación. También poseen una mancha negra o grisácea como un incipiente collar detrás de la cabeza, no siempre visible, y la cola es algo escotada con el extremo negro.

Se alimenta fundamentalmente de plancton y de pequeños organismos vivos que flotan en la mar. Los buques pesqueros españoles que faenan en el Grande y Pequeño Sol al sur de Irlanda y en las costas occidentales de Escocia reciben frecuentemente su visita. Su escasez en nuestras costas no es verdaderamente representativa del número ingente de las que se reproducen por millones en las costas de Noruega y Gran Bretaña. Son aves de costumbres pelágicas y de mares fríos, lo que justifica plenamente lo grueso de su plumaje, esponjoso y denso, muy diferente del de otras gaviotas. En los últimos años se registra un gran aumento en su densidad y expansión de sus lugares de nidificación, a lo que quizá contribuya que ya no son cogidos los huevos en las cantidades enormes que lo fueron desde tiempos ancestrales y también que los lugares donde están situadas las colonias de cría son verdaderamente inaccesibles.

Como ya se dijo, la presencia de esta especie de gaviota en el Mediterráneo es esporádica y, probablemente, coincide con alguna fuerte tormenta atlántica que incluso conduce las gaviotas tierra adentro, como pudieron ser los casos de las observadas en el Lago de la Casa de Campo, en Madrid, en febrero de 1955; otra en Burgos en las mismas fechas y un bando de 25-30 aves en Seo de Urgel (Lérida) el 16 de febrero de 1957. En esta última zona se cree que la aparición de estas gaviotas suele preceder a un cambio del tiempo que evoluciona hacia la caída de fuertes nevadas.

Los anillamientos efectuados han producido varias recuperaciones en la costa vasco-cantábrica y en el Norte de Portugal, especialmente de aves inglesas, pero también alguna más anillada en Escocia (Torrelavega, Santander), danesa (Vascongadas) e incluso una rusa recuperada en Santander.