Gaviota Sombría

Larus fuscus

Muy parecida de tamaño a la Gaviota Patiamarilla es la Gaviota Sombría Larus fuscus, aunque de tamaño muy ligeramente menor, lo que a veces no es fácil apreciar a simple vista. Los adultos tienen la espalda y el dorso de las alas de color negro pizarroso y las puntas de las primarias negras con manchas blancas, siendo el resto del plumaje blanco. El pico, como el de otras grandes gaviotas, es amarillo con una mancha roja en el extremo de la mandíbula inferior y las patas amarillas, así como los ojos, que están bordeados con un anillo orbital naranja brillante. Las sombrías inmaduras tienen el plumaje moteado de marrón en su primer año de vida, confundiéndose fácilmente con los jóvenes de Gaviota Argéntea antes de pasar por estados de plumaje intermedios durante 3 años, al cabo de los cuales adquieren el de adultos ya descrito. La Gaviota Sombría comienza a verse en las costas cantábricas en migración otoñal en el mes de agosto y, aunque sea muy ocasionalmente, también se observan algunos ejemplares en los últimos días del mes de julio, para extenderse después por el resto del litoral ibérico. Pero el flujo mayor coincide con los meses de septiembre y octubre, disminuyendo su presencia en el invierno, aunque no falta mezclada con gaviotas argénteas y posada siempre en las playas, pareciendo rehuir los puertos y proximidades de aglomeraciones humanas. La Gaviota Sombría, ha colonizado con nidificaciones conocidas desde 1973-74 las costas de la península, hibridandose con la Gaviota Patiamarilla. Actualmente (2005) el número de parejas oscila entre 400 a 500 parejas, nidificando en el Cantábrico y en el Mediterráneo.

Con los datos bibliográficos obtenidos en los países donde esta especie se reproduce en gran número, se sabe que los islotes rocosos y en ellos las cimas herbosas de los mismos, son los lugares escogidos para la nidificación. Mientras en el Mediterráneo, cría en arenales, en el Cantábrico lo hace en acantilados de la costa con alguna vegetación.

Esta gaviota ocupa en Europa un área de cría relativamente pequeña, desde Islandia, recientemente colonizada, a Siberia, por el Norte, hasta la Bretaña francesa, al Sur. En contraste con la Gaviota Argéntea, Larus fuscus es fundamentalmente migradora. Su zona de invernada ocupa toda la cuenca mediterránea y el Mar Negro, pero llega hasta el Africa Tropical, desde el Golfo de Guinea a Tanganika. Prácticamente durante el invierno las zonas de nidificación en los países escandinavos, mar Báltico y costas de Gran Bretaña quedan desiertas y las sombrías siguen en sus migraciones las costas atlánticas. La mayoría de las anilladas hasta ahora y recuperadas en la Península Ibérica lo fueron en la mitad occidental, costas portuguesas y costa cantábrica. Se observa que, además de las que siguen la costa, otras penetran en el interior, siguiendo el curso de los ríos como es el caso de Portugal, en donde ascienden por el Duero, Tajo y Guadiana. Son verdaderamente sorprendentes las enormes distancias recorridas por esta especie de gaviota. Una recuperación excepcional es la de un ejemplar anillado al Norte de Finlandia, que fue encontrado en las islas Cocos, al Norte de Australia, nada menos que a 10.000 km, del lugar de anillamiento. Parece deducirse de los anillamientos que la mayoría de las que invernan en las costas atlánticas han nacido en Gran Bretaña y son observadas, tanto en paso otoñal como primaveral. Este suele iniciarse en febrero y tiene su máximo auge en el mes de marzo. Como la madurez para la reproducción no se alcanza hasta el tercer año, en plena época de nidificación pueden observarse inmaduros mezclados con los de gaviota argéntea en las colonias de cría de esta especie, siendo grande la confusión para su identificación antes del segundo año de vida, debido a la similitud de los plumajes.

Destacar la importancia de las costas portuguesas, como lugar de paso otoñal, es obligado, lo que se comprueba no sólo por la observación directa, sino por el gran número de recuperaciones de anilladas, que supera con creces el centenar.

En el Cantábrico se ven pocas en los meses invernales, pero se han observado en cambio muchas en Galicia, posadas preferentemente en las playas, especialmente cuando hay temporales del Noroeste.