Gaviota Picofina

Chroicocephalus genei

La Gaviota Picofina Chroicocephalus genei, es una gaviota de tamaño medio. Los adultos en plumaje nupcial tienen el dorso de las alas gris pálido y el resto del cuerpo blanco puro, que en las partes inferiores está manchado de un ligero tinte rosado. La cabeza blanca y el pico fino y de color rojo oscuro casi negro, la distinguen enseguida de la Gaviota Reidora, Chroicocephalus ridibundus, aunque también es algo mayor. Las patas son de color rojo coral muy oscuro. En el invierno el tono rosa del cuerpo apenas se aprecia a no ser cuando el pájaro se observa muy de cerca. En esta estación las manchas que aparecen alrededor y detrás de los ojos pueden inducir a error en su identificación. Como en otras especies de gaviotas, las jóvenes son marrones con vetas más claras por encima y casi blancas por debajo.

La población ibérica de esta especie es escasa, actualmente no excede de unas 800 parejas, aunque su asociación durante la reproducción con otras gaviotas puede hacerla pasar desapercibida. En las marismas del Guadalquivir cría entre colonias de Pagaza Piconegra Gelochelidon nilotica, pero existen, además, en la Península Ibérica otros lugares donde se reproduce anualmente, aunque en escaso número. Así, en la Laguna de Fuente de Piedra (Málaga), también en asociación con Pagaza Piconegra, fueron encontrados tres nidos por los ornitólogos Sarró y Pons en junio de 1965. También es notable la colonia en el delta del Ebro. La puesta normal oscila de dos a tres huevos blancuzcos manchados de marrón, que son puestos generalmente en mayo en un nido sólidamente construido con juncos y cuyo diámetro no supera los 25 cm. Los pollos tienen un plumón en sus primeros días de color blanco sucio con manchas casi negras en el dorso. En los criaderos su voz es débil y la emite con acento quejumbroso. En general, tiene tendencia por islotes arenosos costeros y lagunas y marismas salobres, siendo rara vez vista en agua dulce. La presencia otoñal e invernal de gaviotas picofinas ha sido detectada en varios lugares del Mediterráneo (Gerona, Alicante, Baleares) y del Atlántico (Cádiz, Doñana).

Esta gaviota cría en gran número en la costa de Mauritania y, probablemente, la mayoría de las que se ven en invierno en las costas suratlánticas de Iberia pertenecen a aquella colonia. Las colonias más numerosas están situadas en la costa ucraniana del Mar Negro, donde todos los años se anillan en buen número. No es probable que estas gaviotas lleguen en sus movimientos posnupciales hasta las costas mediterráneas, aunque tres anilladas en Ucrania, fueron recuperadas en costas atlánticas de Portugal (Douro Litoral y Algarve) y Tenerife. Sin embargo, varios ornitólogos (Bernis, Erard) ponen en duda la validez de estas recuperaciones, estimando que pudiera tratarse de error al anillar.