Gallineta Común Gallinula chloropus
a Gallineta Común Gallinula chloropus
es una de las aves acuáticas más conocidas y abundantes en nuestras
lagunas y zonas húmedas, sobre todo en el invierno. Las adultas tienen
el plumaje del
dorso de color pardo oliváceo oscuro, incluidas las alas
Por debajo son gris plomizo o pizarroso oscuro y tienen en los flancos
unas cortas rayas blancas oblicuas. Las plumas debajo del nacimiento de
la cola son blancas con una franja central negra, colores que se ponen
muy de manifiesto cuando el pájaro al excitarse levanta la cola En la
frente lleva un pequeño escudete rojo y el pico es también de este color
excepto el extremo que es amarillo. Las patas son verdes con una banda
estrecha o «liga» roja por encima de la articulación y tienen los dedos
de los pies muy largos. El iris es rojo carmesí en primavera y verano y
rojo pardo en el invierno. Las gallinetas jóvenes
son de color pardo grisáceo oscuro con el vientre blancuzco y el escudete y
el pico son verdosos. También las patas son verdosas y la «liga»
amarillenta. Su identificación es relativamente fácil. A finales del
invierno ya han adquirido un plumaje similar al de los adultos. Esta especie es mucho
menos tímida que otras rálidas y sobre todo que las polluelas. Incluso
cuando está mezclada con anátidas y fochas llega a acostumbrarse a las
personas, acercándose a pocos metros sin mostrar ningún temor. Cuando camina
lo hace agitando la cola y con frecuencia desplegándola y mostrando el color
blanco y negro de las plumas. También avanza la cabeza con cada paso y anda
deliberadamente, elevando cada pata cuidadosamente antes de apoyarla en el
suelo. Aunque da la impresión de que es reacia a iniciar el vuelo, una vez
en él bate las alas con fuerza y vuela potentemente, recorriendo grandes
distancias, sobre todo en migración. Si inicia el vuelo desde el agua, corre
por la superficie unos metros batiendo las alas y al elevarse lleva las
patas colgando antes de coger el vuelo directo. Cuando se ve sorprendida
corre con rapidez a ocultarse entre la vegetación ayudándose con las alas
que bate ligeramente. Se posa en arbustos y ramas bajas de árboles,
balanceándose en ellas y sujetándose muy bien con los largos dedos. Cuando
nada en aguas libres lo hace de forma boyante, moviendo la cabeza hacia
adelante y atrás. También bucea de vez en cuando, sobre todo si se ve
amenazada. Bajo el agua nada muy bien ayudándose con las alas que bate
ligeramente una vez, según Ticehurst, por cada metro de recorrido, aunque
puede acompasar más los movimientos de patas y alas. Las gallinetas jóvenes
se zambullen más a menudo. Si están alarmadas o se las persigue, antes de
salir a la superficie, asoman el pico y después gradualmente el dorso del
cuerpo ocultas entre la vegetación. Cuando nadan en el agua capturan
pequeños insectos acuáticos progresando en forma desordenada hacia un lado y
otro y saliendo a tierra continuamente. Normalmente andan solitarias, pero
en lagunas y embalses pequeños la concentración puede llegar a ser muy
grande dando la sensación entonces de que son gregarias. En realidad las
gallinetas son pájaros muy inquietos y luchadores. Continuamente corren de
un lado para otro o caminan despaciosamente con la cabeza y el cuello en
posición horizontal, buscando alimento por entre la vegetación. En campos de
hierba corta pueden concentrarse en gran número para comer. Si un día de
otoño llega una gallineta a una pequeña charca o laguna, podemos tener la
seguridad de que al siguiente día habrá unas cuantas más y la concentración
puede ser grande a partir de los primeros días de noviembre. Es un pájaro
muy luchador y agresivo, sin importarle el tamaño de la especie a la que
hace frente. Cuando luchan en el agua entre sí se lanzan una contra la otra
levantándose de la superficie y chocando con las patas. La Gallineta Común vive
en charcas, arroyos, lagunas, estanques, marismas, carrizales y canales de
desagüe, siempre que exista adecuada vegetación donde ocultarse. Se alimenta
con preferencia de materia vegetal. De los estómagos examinados se obtuvo un
75% de vegetales y un 25% de alimento animal. Aquella se compone
principalmente de frutos y semillas (55%), hierba (15%), hojas, musgo, etc.
(5%). La materia animal está formada por lombrices de tierra (5,5%),
insectos (13%), babosillas y caracoles (4%), renacuajos (1,5%) y diminutos
peces (1%). Los pollos comen sobre todo materia vegetal, pero también
gusanos y larvas de insectos. Las semillas de Polygonum,
Rumex, Potamogeton, Ranunculus, los frutos de múltiples
arbustos y las bayas de los espinos, hiedra, tejo y otros, son comidas con
fruición normalmente cuando están caídas en el suelo, aunque también las
picotean en los mismos arbustos. En los parques de las ciudades donde llega
a acostumbrarse a la presencia humana sin mostrar temor alguno, come
cualquier grano o alimento que se echa a otras aves acuáticas, sobre todo
pan. Su voz es fuerte y la
emite en tono tan alto que llama la atención. Normalmente un ¡¡kerric!! es
muy frecuente oírlo entre los grupos de gallinetas que nadan en un estanque
o que vuelan de noche sobre la campiña. También un ¡¡kittiik!! o más breve
¡¡kitik!! y si está excitada un repetido ¡¡kikikikiki!! Otras notas lanzadas
por la hembra cerca del nido son más difíciles de expresar en escritura. Muy
a menudo un breve ¡¡gk!! o ¡¡gick!! . No es difícil poder
estudiar las curiosas costumbres que esta Gallineta tiene durante los
primeros días de la primavera. Aunque en el invierno pueden muchas estar
juntas en un estanque pequeño, sin advertir más que una ocasional
agresividad que no va más allá de una amenaza con el pico o de una corta
persecución sobre el agua, al llegar la primavera la gran territorialidad de
esta especie se pone de manifiesto. El ornitólogo inglés Howard dedicó mucho
tiempo al estudio de las costumbres de este pájaro y a él vamos a seguir en
parte. Se dice que estas gallinetas se emparejan durante toda la vida y que
los machos buscan en el mismo estanque donde han criado el año anterior a la
misma hembra, a la que cortejan con furor, defendiendo su territorio de
otros machos, normalmente jóvenes nacidos el año anterior que se aproximan
ante la presencia de la hembra. Los ataques y las carreras entre estos
machos no son para ser descritas. Primero ellos se aproximan uno a otro con
las cabezas bajas y abriendo sus colas en abanico de forma que el blanco y
el negro de las plumas infracobertoras parecen servir para asustar al
respectivo rival. Pronto este simulacro se convierte en lucha abierta y en
ella, además de levantar una considerable cantidad de salpicaduras y espuma,
se golpean con el pico y las patas hasta que uno de ellos termina
arrastrando al otro y medio ahogándolo bajo el agua. Como parece demostrado
que las representaciones del celo están muy influenciadas por la bondad del
tiempo atmosférico, no es extraño que en buenos días otoñales e incluso en
pleno invierno, varios machos luchen en presencia de una hembra. En cuanto
el macho se ha librado de competidores inicia una serie de ceremonias y
persecuciones no violentas a la hembra, nadando horizontalmente muy pegado a
la superficie del agua y con el cuello bien estirado, tratando de destacar
el blanco y negro de las plumas de la cola. La Gallineta Común anida
a muy variadas altitudes, desde el nivel del mar hasta poco más de 1.200
metros. En el lago La Ercina del Parque Nacional de Covadonga, situado a
1.200 metros s.n.m. entre 8 y 10 parejas crían todos los años. Pero la
reproducción también se efectúa en pequeños estanques de parques y jardines
siempre que exista vegetación adecuada. El nido está formado por hojas secas
de carrizos, arbustos acuáticos, espadañas, etc., y situado entre vegetación
acuática donde forma un montón de buen tamaño sobre la superficie del agua o
en una isleta, con fecuencia al descubierto y siempre cerca del agua. Otras
veces a cierta altura en ramas de arbustos y árboles que orillan el agua.
Uno observado por Hartasánchez en Asturias (1972) estaba a 2,25 metros de
altura, probablemente una adaptación para hacer frente a la depredación de
las ratas muy abundantes en el lugar. No rara vez utilizan viejos nidos de
Urraca Pica pica y Arrendajo Garrulus glandarius construidos
en arbustos cerca del agua. Jourdain cita también el aprovechamiento de
nidos de Graja Corvus frugilegus, Paloma Torcaz Columba palumbus
y Gavilán Común Accipiter nisus. Parece ser que ambos adultos
participan en la construcción del nido, aunque el macho aporta mucho más
material. Estos empiezan muy pronto a preparar una plataforma flotante sobre
la que se emplazará el nido, a menudo ya a mediados de febrero e incluso
antes si el tiempo es bueno y soleado Jourdain señala que ocasionalmente el
nido es adornado exteriormente con trozos de papel y flores e interiormente
de hierba muy fina La puesta normal es de 5 a 11 huevos. (Jourdain), 6-8
(Verheyen) y 4-10 (Noval para Asturias) Algunas veces se encuentran puestas
de 2 huevos y hasta 21 y 26 han sido encontrados, pero cabe siempre la duda
de si habrán sido varias las hembras que usaron un mismo nido Para Jourdain
es probable que los nidos con más de 14 huevos sean utilizados por dos o más
hembras. A partir de marzo ya se pueden encontrar puestas en localidades
favorables por su temperatura suave. El color de los huevos es variable,
pardo claro, grisáceos. amarillentos con profusión de puntos y manchas
pequeñas marrones o achocolatados, a veces rojizos y las más menudas
violáceas. El promedio de 100 huevos medidos por Jourdain en Gran Bretaña
dio 44,44 x 31,41 mm. con un máximo de 54 x 31,5 mm. y un mínimo de 36,5 x
26,6 mm. Niethammer para Alemania da un promedio de 40,9 x 29,4 mm. obtenido
en 68 huevos. Diez medidos en Iberia (Noval) dieron 43,2 x 31,2 mm. de promedio. Normalmente la
cría se desarrolla a partir de los primeros días de abril y puede haber
hasta tres puestas anuales, pero en general sólo dos. La incubación es
efectuada por ambos sexos, empieza con la puesta del primer huevo algunas
veces y normalmente con el último. Como sucede en otras especies, las
hembras pueden estar sentadas en el nido desde el comienzo de la puesta,
pero lo hacen sobre los tarsos ligeramente flexionados y aún no hay
incubación. Prueba de ello es que casi siempre los pollos nacen a la vez,
después de 19-22 días (Jourdain) o 20-21 días (Verheyen). Durante dos o tres
días permanecen en el nido y la hembra los cubre mientras el macho se acerca
a menudo a cebarlos. Al bajar al agua nadan muy bien y picotean por ella,
pero no existe evidencia de que sean capaces de alimentarse solos hasta las
3 semanas de vida. Al nacer están cubiertos con un plumón negro con brillo
verdoso por encima y marrón negruzco por debajo, largo y sedoso, muy espeso,
excepto en la cabeza y la cara donde las calvas tienen tonos rosas y
azulados. El pico y el incipiente escudete son rojos en la base y aquel
amarillo en el extremo. Hasta las cinco semanas de vida dependen de los
padres y a las 6-7 semanas ya vuelan bien. Cuando los pollos tienen aún
pocos días, no necesariamente se refugian por la noche en el nido donde han
nacido, sino en algún otro que el macho ha construido en lugar próximo. Se haría interminable
este sensayo si se describieran los múltiples pequeños detalles e incidentes
que durante la cría han sido observados en esta especie, tan bien estudiada
por los ornitólogos. Sin embargo, se puede añadir que las gallinetas
defienden a los pollos con un gran ardor y en los estanques donde anidan y
conviven con otras especies mayores no se arredran ante la presencia de
ninguna y les atacan sin reparar en el tamaño. La Gallineta Común se
reproduce en la mayor parte de Europa, desde el sur de Escandinavia por el
Norte, las Islas Británicas al Oeste e Iberia al Sur y el resto de los
países mediterráneos, Centro-Europa y Rusia, extendiéndose tambien por la
mayor parte de los continentes excepto Australia. En la Península Ibérica
anida en todas las regiones, siendo muy común en lagunas y solamente escasa
en los lugares donde no hay habitats adecuados. La raza típica Gallinula
chloropus chloropus se reproduce en toda la región Paleártica occidental
y es por lo tanto la que se ve en Iberia. A partir de agosto muchas
gallinetas de países de más al Norte comienzan a entrar en España y entonces
se ve abundante por todos lados. La población ibérica no parece migradora y
los anillamientos han permitido comprobar que únicamente deben existir
movimientos dispersivos interiores, en especial de las jóvenes. Su
sedentarismo es muy grande y con frecuencia las parejas, si sobreviven,
ocupan el mismo nido del año anterior que ya comienzan a reparar aun antes
de terminar el invierno. Resulta difícil separar las poblaciones sedentarias
de las propiamente invernantes que proceden de más al Norte. Una no
despreciable cantidad de gallinetas cruzan la Península y vuela hasta Africa
Tropical, atravesando el Sahara. Balsac y Mayaud (1962) escriben que este
pájaro anida en pleno corazón del Sahara, donde existe una colonia de 50
parejas en Sebha y el Tibesti. En diversas zonas y en oasis del desierto se
ven gallinetas en meses invernales. En Colomb Béchar, oasis situado en el
borde norte del desierto del Sahara, ya se observa en septiembre,
indudablemente en migración. Una Gallineta Común anillada en Holanda fue
recuperada en el sudoeste de Marruecos en enero. También en el Senegal se
capturó una de la raza chloropus
en noviembre (Roux). Los anillamientos en
Europa han producido en Iberia numerosas recuperaciones de interés. Así, en
la Camarga francesa se anillaron dos en diciembre, una de las cuales se
capturó en el Delta del Ebro en enero siguiente y la otra en Valencia en el
mismo mes de un año después. Tres anilladas en Bélgica produjeron
recuperaciones en Santander (2) en enero y en La Coruña en noviembre. Tres
aves holandesas anilladas allí como adultas en septiembre y octubre fueron
recuperadas, una en Huesca en noviembre siguiente Y otras en Oporto y Aveiro
en agosto y noviembre del segundo año. También en el País Vasco se capturó
en diciembre una anillada en Alemania (Hannover) en mayo del mismo año. En
el sur de Irlanda se ve abandonar las costas en verano y otoño a numerosas
gallinetas que vuelan hacia el mar y probablemente alcanzarán las costas
francesas. ¿Es posible que alguna llegue a las costas cantábricas? El alto índice
reproductor de esta especie hace presumir que su densidad actual se pueda
mantener a pesar de la desaparición de numerosas zonas húmedas y de la
creciente contaminacion de otras Una pareia de gallinetas bien controlada
realizó en una sola estación la puesta de 26 huevos en dos nidos. Dos crías
anuales son normales, pero también se han registrado tres, aunque la
depredación por ratas y comadrejas es muy grande. En zonas costeras las
gaviotas y los cuervos destruyen muchas nidadas |