Frailecillo Atlántico

Fratercula arctica

El Frailecillo Atlántico Fratercula arctica, que no se reproduce en la Península Ibérica, pero que es frecuente en invierno, especialmente en las costas cántabro-atlánticas, aunque no falta también en el Mediterráneo. Su tamaño es muy pequeño, no superando mucho los 20 cm. de longitud, con el plumaje del dorso de las alas y espalda de color negro, carrillos grises, partes inferiores blancas, patas anaranjadas y, especialmente, es muy notorio el pico ancho y aplastado en sentido vertical de forma triangular con bandas azules, rojas y amarillas. Los jóvenes del año y los inmaduros que no alcanzaron aún la edad de reproducción, tienen el pico mucho mas delgado y sin los brillantes colores.

A diferencia de alcas y araos que se sientan generalmente sobre los tarsos de las patas, los frailecillos permanecen erguidos sobre las suyas. Aunque su vuelo parece torpe y en él suelen describir círculos o arcos, vuelan grandes distancias y frecuentemente durante la cría se alejan de las colonias al menos 50 millas.

Los frailecillos bucean con gran facilidad y como otros álcidos se valen de las alas para nadar y de sus patas como timón.

La alimentación durante la primavera y verano está formada exclusivamente a base de peces pequeños y es curiosa la forma en que realizan su captura. Según van cogiendo los pequeños peces, los colocan atravesados en el pico y con esta carga llegan continuamente los frailecillos a las colonias para alimentar a los pollos. De esta manera, puede determinarse bien al observar una colonia de estas aves, qué tipo de alimentación prefieren. Hasta nueve y once peces pequeños de cada vez pueden transportar en el pico, aunque un promedio de cinco es lo normal. La forma en que éstos son sujetados ha sido siempre motivo de interés y curiosidad; probablemente los bordes dentados de ambas mandíbulas jueguen un importante papel.

Se dice que uno de los más excitantes espectáculos en una colonia de aves marinas, lo constituye la llegada de los frailecillos en la primavera. Anidan en agujeros que excavan en la tierra, usando muchas veces madrigueras de conejos, incluso estando éstas ocupadas. Pero lo más corriente es que limpien de tierra agujeros abandonados de años anteriores y dentro de los cuales, aunque no puede decirse que propiamente construyan un nido, sí introducen en el agujero hierba seca y otra vegetación.

Frailecillos anillados en Gran Bretaña han sido recuperados en la costa cantábrica (La Coruña, Asturias, Guipúzcoa), Mediterráneo oriental (Baleares), Mediterráneo Sur (Almería), etc.

Es curiosa la forma en que los frailecillos atienden a sus pollos en las colonias. El ciclo de vida es completamente diferente de las especies mayores de álcidos. Así, los pollos son alimentados dentro de los agujeros hasta que están totalmente crecidos, siendo luego abandonados por los padres que los obligan de esta manera a salir y volar al mar.

El período de cría se extiende hasta agosto y en este mes aún vuelan muchos inmaduros alrededor de la colonia. Los pájaros que van a criar comienzan a llegar a las colonias al final de marzo o primeros de abril. Hasta el cuarto año de vida no alcanzan la madurez, aunque algunos pueden criar antes.

Los araos y alcas se alimentan todo el año de peces, pero los frailecillos en invierno, aparentemente, cambian la dieta al plancton, puesto que en esta estación adoptan la vida pelágica.

Muchos de los álcidos que normalmente invernan en el Golfo de Vizcaya, son también víctimas de los derrames de petróleo en el mar.

Los frecuentes naufragios y choques de grandes buques en alta mar están provocando una creciente contaminación y lo que es peor, con excesiva frecuencia, grandes manchas de petróleo crudo con varios centímetros de espesor, navegan a la deriva y son la causa de que millares de aves marinas perezcan todos los años. Los métodos empleados para limpiar las aguas y las playas a base sobre todo de detergentes, aún complican más la situación para los pájaros que ven así perdida su propiedad impermeable en el plumaje, que al contacto con estos productos químicos pierden la grasa de las plumas. Desde hace unos años el problema preocupa en toda Europa y para darnos una idea de él y lo que estos envenenamientos y contaminaciones suponen para la vida de las aves marinas, podemos recordar que en una sola catástrofe con derrame de petróleo en 1967, más de 10.000 araos y alcas perecieron en las costas inglesas, mas recientemente (2003) el petrolero Prestige en las costas gallegas produjo miles de muertes entre las aves marinas.