S obre la charca, la ronda
silenciosa e interminable de los fumareles comunes sólo se interrumpe cuando una
de las aves se deja caer bruscamente para capturar una presa. Pero habitualmente
se contenta con revolotear a ras del agua en bandos dispersos, rozando la
superficie con la punta del pico para capturar algún insecto. Es un ave más bien
silenciosa y sólo ocasionalmente deja oír un «kik-kik», mientras que sus bandos
producen a veces una especie de silbido, parecido a la agitación del carrizal.
En primavera, el Fumarel Común es fácil de reconocer, pues no
hay ninguna otra ave con sus marcas (cabeza y partes inferiores negras y partes
superiores gris oscuro) que tenga la costumbre de cernirse sobre el agua. En
otoño es más difícil, pues su plumaje es gris y blanco, como el de la mayoría de
las golondrinas de mar.
En el mes de abril aparecen en nuestras regiones y se
establecen pronto, para criar en charcas invadidas por la vegetación o en la
marisma, eligiendo puntos en que los carrizos
crecen en aguas someras, con frecuencia en las cercanías de colonias de otras
aves, que les sirven de protección al denunciar la presencia de predadores.
Frecuenta, sobre todo, las aguas dulces, a veces en enormes colonias
nidificantes, aunque a menudo se mezclan para comer con bandos de charranes en
los estuarios.
Identificación:
Pico negro; plumaje negro y gris oscuro en primavera y verano, grisáceo
pálido y blanco en invierno; sexos iguales.
Nidificación:
Ambos sexos construyen una plataforma flotante de hierbas; nido de
hierbas y juncos; puesta, de mayo a junio, de 2 a 4 huevos ocráceos a
castaño con marcas más oscuras; incubación, alrededor de 14 días, por
ambos sexos; los pollos, atendidos por ambos progenitores, dejan el nido
tras unos 14 días, volando unas 3 semanas después.
Alimentación:
Libélulas, ninfas
de insectos; ocasionalmente pececillos, ranitas y renacuajos.
Hábitat:
Marismas y zonas palustres.
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