Falaropo Picofino

 

 

 

 

Phalaropus lobatus 18-19 cm.

Casi todas las reglas sobre el papel de los machos y las hembras en la época de reproducción se invierten en el caso del Falaropo Picofino.

 Es la hembra cuando llega el momento la que prepara el territorio y muestra sus colores y la danza ritual para atraer al macho. Una vez realizado el apareamiento, es el macho el que se sentará sobre los huevos para incubarlos y cuidar de los polluelos hasta que puedan volar.

 Con estos antecedentes no es raro suponer que la hembra es la que tiene los colores más llamativos y vistosos. Con los pies ligeramente palmeados es un pájaro muy buen nadador. Mueve la cabeza constantemente y agita con fuerza sus patas para atraer insectos a la superficie de los que se alimenta. Es uno de los más pequeños que pueden verse nadando. En invierno pasa bastante tiempo en alta mar moviéndose bien en ese medio, alimentándose de zooplancton y regresando a la costa e incluso a estanques interiores cuando las tempestades arrecian.

 Esta especie ha sufrido bastante el acoso de los recolectores de huevos, pero afortunadamente está ya protegida en toda su área de cría. En España es ave de paso rara.

 

Identificación: La espalda y la parte superior de la cabeza gris pizarra con rayas grises; en los laterales del cuello zona anaranjada en verano y blanca la garganta. Pico fino y recto. La hembra similar pero más marcados los colores. En invierno es blanco con ligeros toques grises; parte posterior del píleo y prolongación del ojo negro.

Nidificación: Anida en las zonas árticas, el nido, una ligera depresión en el suelo cubierta de hierbas y musgo, pone 4 huevos que incuba el macho durante 20 días, los pollos nidífugos abandonan el nido a las pocas horas, es el macho el que cuidará de los pollos hasta que puedan volar sobre los 17 días

Alimentación: Insectos que encuentra en el agua o en la vegetación de las orillas.

Hábitat: Aguas continentales.

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