Arrendajo Euroasiático Garrulus glandarius
Cuanto más densa sea la
vegetación en el interior del bosque mayor seguridad tendremos de encontrar
una o varias parejas de arrendajos Garrulus glandarius tan conocidos
tanto por su áspera voz como por el colorido del plumaje en el que destaca
mucho el azul rayado de negro de las pequeñas plumas del ala bastarda o
cobertoras principales. La espalda es beige grisácea clara, más parduzca en
los lados del cuello y el píleo está rayado de blanco y negro; el obispillo
es blanco y contrasta mucho con la cola larga y negra con base gris rayada
de azul grisáceo. Las partes inferiores del cuerpo son de color ocráceo o
rosado pálido, excepto el mentón, la garganta, parte del vientre y las
plumas debajo del nacimiento de la cola que son blancas. Las alas tienen las
primarias negras o marrón negruzco y las secundarias parcialmente negras con
mancha blanca que se ve bien al tener aquéllas plegadas lo mismo que el
color castaño de las más internas. A partir de la base del pico y hasta la
parte baja de los carrillos se extiende una mancha negra o bigotera que es
muy visible aun a distancia. El pico es fuerte y negruzco y las patas y pies
son pardos; el iris de los ojos, tanto de los adultos como de los jóvenes es
azul con un anillo muy estrecho pardo. Los jóvenes tienen color más apagado,
no rosado y las plumas de la frente y el píleo poseen rayas más pequeñas.
Todos ellos las erizan cuando están alarmados o se pelean a la vez que
gritan con voz ronca. El Arrendajo Euroasiático es un pájaro
bien conocido en la Península Ibérica y no es necesario extenderse mucho en
describir sus actitudes. Al volar bate las redondeadas alas con cierta
rapidez, lo que no impide que nos dé la sensación de pesadez y lentitud en
sus acciones e incluso de poseer un vuelo débil. Esencialmente es una
especie de bosques, pero también frecuenta la campiña, arboledas,
sotobosques y campos, donde puede vérsele al descubierto caminando a saltos
por los prados o bajo los árboles frutales de huertos y jardines. Muy tímido
y desconfiado, resulta difícil de observar de cerca cuando está posado y aun
a distancia pronto descubre al observador y alarmado, eriza las plumas del
píleo y mueve la cola de un lado a otro o arriba y abajo a la vez que lanza
su característico grito que alerta a todo el bando. Fuera de la época de la
reproducción se juntan varios grupos familiares que suelen estacionarse en
determinados lugares del bosque y allí mantienen unas escandalosas
conversaciones de graznidos, vuelos y revuelos por entre los árboles
moviéndose, por cierto, con bastante destreza. Saltan inquietos de una a
otra rama y como vulgarmente se dice «donde va uno, van todos». De este modo
es prácticamente imposible ver uno solitario. Si un Arrendajo Euroasiático atraviesa
volando un claro del bosque podemos tener la seguridad que a los pocos
segundos le seguirá otro, formando ambos presumiblemente una pareja (macho y
hembra). Esto es común con los demás córvidos y resulta sobre todo muy
notorio en las urracas Pica pica. A pesar de lo difícil que es
acercarse a ellos ya que en cuanto nos divisan se alejan con rapidez, parece
resultar fácil para algunos hábiles cazadores atraer hacia su escondite a
los arrendajos situados en diferentes lugares de un bosque. Un solo cazador
mostró en cierta ocasión nada menos que 36 arrendajos que había matado en
una mañana por el único procedimiento de imitar su áspero graznido y
atraerlos hasta estar a tiro de su escopeta Como los demás córvidos
tienen tendencia a recoger nueces, castañas, avellanas, bellotas, cerezas,
etc. y volar con ellas hasta un árbol donde suelen ocultarlas bien por un
momento mientras vuelven a coger más o las almacenan por largos períodos
como si se tratara de una despensa. En estos huecos o escondites se pueden a
veces encontrar considerables cantidades de frutos secos. La técnica es casi
siempre la misma. Estos astutos pájaros tragan a la vez varias avellanas o
bellotas y vuelan con ellas hasta el escondite o posadero elegido donde las
regurgitan. Su voz típica es un grito
áspero y duro ¡¡keerr!! o ¡¡kra-arr!! no fácil de expresar por escrito y que
tiene un gran alcance oyéndose dentro del bosque muy bien, pero también en
la campiña. A menudo varios arrendajos corean estos gritos y tal parece como
si estuvieran peleando entre ellos. Durante la época de reproducción emite
otros variados sonidos, algunos de forma sostenida y que bien pudieran ser
realmente el canto de este pájaro. Su potencia es entonces pequeña y hay que
estar muy cerca de los nidos o de los pájaros para poder escucharlos. Se
cree que esta serie de gruñidos con los que el macho saluda a la hembra
antes de la construcción del nido tienen mucho de cortejo nupcial. Ahora que
estos pájaros son ya francamente numerosos no es difícil poder oírlos, bien
las parejas solitarias o grupos de ellas cantando los machos de esta forma
tan curiosa y que se me antoja ser muy débil para un pájaro tan grande.
También y bastante a menudo, sorprenden con imitaciones de la voz de otras
especies sobre todo de las oropéndolas Oriolus oriolus. La alimentación del
Arrendajo Euroasiático es muy variada y en la práctica no desdeña ninguna materia animal
o vegetal que esté a su alcance. Campbell al analizar el contenido de 23
estómagos obtuvo de alimento vegetal un 72,1 por ciento y el 27,9 por ciento
restante de materia animal. Los guisantes les atraen especialmente y no hay
espantapájaros capaz de ahuyentarlos de ellos. También come patatas,
bellotas de encinas y robles, hayucos, avellanas, nueces, castañas, maíz, y
todas las frutas que puede. Los higos, las cerezas, manzanas, peras y
ciruelas por este orden también forman una buena proporción en la dieta de
este auténtico depredador. Huevos y pequeños pájaros aún sin emplumar, son
robados por el Arrendajo Euroasiático de los nidos. A la vez también consume una buena
cantidad de lombrices de tierra, pequeños ratones y musarañas, caracoles,
babosiIlas y bastantes insectos, en especial escarabajos y entre ellos
Melolontha y Gryllus. (Escarabajos de San Juan y Grillo
campestre). En las reuniones que los
arrendajos celebran invariablemente a partir de la segunda semana de enero y
ocasionalmente antes, varias parejas se agrupan en las ramas de un
sotobosque de eucaliptos y allí comienzan a revolotear entre el ramaje,
persiguiéndose unos a otros, esponjando el plumaje, abriendo la cola en
abanicó y seguidamente cerrándola y llevándola hacia arriba y abajo y de un
lado a otro, con las plumas de la cabeza erizadas y mostrando lo más posible
el color blanco del obispillo y de las plumas infracobertoras caudales. Con
relativa frecuencia estas representaciones o cortejos se producen también en
el suelo. Algunos vuelan cortas distancias a velocidad extremadamente lenta
y gritando sin cesar. Toda esta barahúnda dura de 30 a 45 días y tiene dos
puntos álgidos a lo largo del día: desde las 9 a las 10 (hora solar) y de
las 16 a las 17 (hora solar). A finales de febrero, pero más notoriamente
durante marzo ya las parejas se han separado y cada una ocupa un territorio
en el que construirá el nido. Presumiblemente estos pájaros permanecen
emparejados todo el año, pero sus actividades amorosas no parecen
despertarse hasta el invierno. Anida en bosques, huertos
de frutales, sotobosques, campo abierto con árboles formando grupos
aislados, etc. Normalmente a altura superior a 2 metros, pero pocas veces a
más de 10 metros. Los nidos más bajos estaban siempre en arbustos, laureles
y espinos (Laurus y Pyracantha) sobre todo y uno sobre un
manzano a 2,5 metros del suelo. Nidos a alturas superiores a 20 metros
parecen ser muy raros. La construcción es sobre todo a base de palos y ramas
secas con bastantes raíces, las más gruesas formando la base. Resulta muy
plano a veces y con poca cubeta interior. Esta a menudo tiene un refuerzo de
barro o de boñiga de vaca y está forrada con raicillas y crines de caballo.
Los arrendajos buscan con preferencia ramas gruesas en su unión al tronco
principal del árbol para situarlo. En la zona Cantábrica utilizan para ello
variadas especies arbóreas, con preferencia por abedules, robles y hayas. En
la zona costera muy corrientemente en manzanos y en laureles crecidos e
incluso en enmarañada vegetación trepadora y enredaderas. La puesta consiste
en 5 ó 6 huevos, a veces 7 y en ocasiones 3 y 4. Si el nido es depredado, la
puesta de repetición no suele pasar de 4 huevos y corrientemente es sólo de
3. Su color es pardoverdoso o guisante claro, unos con punteado oliváceo
menudo por toda la superficie que apenas se percibe y otros más
señaladamente marcados con puntos pardo oliváceo y agrupación de éstos que
forman así pequeñas manchitas. Dos medidos en Asturias dieron: 31,5 x 23 mm.
y 30,8 x 23,8 mm. D'Almeida en Portugal para 18 obtuvo un promedio de
medidas de 31,7 x 22,6 mm. con máximos y mínimos de 24,5 a 33,2 x 22,1 a
23,1 mm. Jourdain para 100 huevos colectados en Gran Bretaña obtuvo un
promedio de 31,7 x 22,8 mm. con un máximo de 34 x 24,6 mm. y un mínimo de
28,2 x 22 mm. Las primeras puestas son efectuadas a partir de los últimos
días de abril, pero sólo excepcionalmente y pocas veces se pueden encontrar
completas hasta la primera decena de mayo y aun algunos días más tarde.
Macho y hembra incuban alternadamente, pero más tiempo pasa en el nido esta
última. A partir de la puesta del primer huevo la incubación dura 17 días.
Al nacer los pollos carecen completamente de plumón y el interior de sus
bocas es de color rosa pálido y no tienen puntos oscuros en la lengua.
Cebados por ambos adultos, los jóvenes dejan el nido a los 20-22 días. Hay
una sola puesta en el año, pero son frecuentes las repeticiones por
depredación de la primera Los jóvenes y los adultos vagan por el bosque
hasta que llegado el mes de septiembre, cuando van completando la muda del
plumaje, se unen a otras familias de arrendajos y pueden llegar a formar
grupos numerosos. Estas partidas se mueven bastante y se han apreciado
desplazamientos relativamente distantes y llegadas de partidas en los
Pirineos y sierras centrales españolas, pero su origen no se ha determinado
y el escaso aniIlamiento efectuado dentro de la Península no permite por el
momento afirmar que el Arrendajo Euroasiático, considerado como muy sedentario, efectúe
desplazamientos en el interior de Iberia. El Arrendajo Euroasiático ocupa casi
toda Europa, faltando en la mayor parte de Noruega. Totalmente ausente de
Islandia y norte de Escocia, no se reproduce tampoco en las Islas Baleares.
El plumaje de estos pájaros experimenta una notable variación en su
coloración y las poblaciones europeas han sido estudiadas en detalle por
Voous (1953). En la Península Ibérica se han determinado dos subespecies.
Garrulus glandarius fasciatus ocuparía la mitad oriental, quizá no en
los Pirineos occidentales y también habitaría la mayor parte de Andalucía.
Su aspecto es más grisáceo, sobre todo en las parte inferiores y menos
rosado que la raza tipo europea glandarius. Garrulus glandarius
lusitanicus de la mitad occidental de Iberia y todo el Cantábrico tiene
un tono de plumaje por encima menos gris, más rosado vinoso y tampoco gris,
sino rosáceo pálido por debajo. Para 12 machos de la subespecie fasciatus,
Vaurie da un promedio alar de 185 mm. (176-192). |