Lullula arborea
No puede haber confusión
al identificar la Alondra Totovía Lullula arborea, pues, además de su
canto, el plumaje posee rasgos típicos no difíciles de ver. Las partes
superiores tienen color pardo y están densamente rayadas de negro o marrón
oscuro, contrastando bien con el blanco amarillento de las inferiores,
excepto en el pecho donde se destacan claramente rayas estrechas negras o
pardo negruzcas. Desde la base del pico nace una estrecha banda blanco
amarillenta, que por encima de los ojos llega hasta la nuca donde se une,
formando una especie de collar que a menudo no es visible por quedar oculto
por las plumas del píleo que, alargadas, forman una prominente cresta que
este pájaro eleva con frecuencia. Esta banda clara de la base de la nuca es
más visible en las hembras cuya cresta es más corta y al tenerla recogida no
ocultan totalmente aquélla. La cola es muy corta, de color negruzco, excepto
las puntas de las cuatro rectrices exteriores que son blancas. El borde de
la más externa y una porción interior son pardo blancuzco y se ven bien al
desplegar ligeramente la cola la Alondra Totovía o en vuelo. Sin embargo, es
tan corta la longitud de las rectrices que a menudo casi son ocultadas por
las plumas supracobertoras. Las patas y los pies son de color carne y el
pico pardo o hueso parduzco. La uña del dedo posterior es muy larga, pero
este rasgo es difícil de ver a no ser con el pájaro en la mano. Un rasgo
inconfundible a la hora de identificar a la Alondra Totovía, lo constituye
el matiz muy claro casi blanco del vértice flexor de las alas que destaca
bien junto al tono oscuro general del dorso. Las jóvenes poseen un colorido
notable en sus partes superiores con las plumas negras en el centro, bordes
beige y puntas blancas; también a esta edad el parche blanquecino en los
lados del cuello es un rasgo destacado. La Alondra Totovía es
pájaro de campo abierto con árboles esparcidos aquí y allí, buscando también
la presencia de zonas de matorral y no rehuyendo linderos y claros de
bosques, bien sea de pinares o de otros formados por especies caducifolias.
Siente atracción por laderas de colinas con buena cobertura vegetal,
alternando con claros de pastizal y no es tan adicta como la Alondra Común a
zonas áridas, faltando desde luego, en las desérticas. Cualquier nivel es
bueno para este pájaro que vive en parejas dispersas por la campiña. Se ve
por encima de los 1.500 metros, pero más a menudo desde el nivel del mar
hasta los 800-1.000 metros. Busca suelos secos y ligeros, arenosos sobre
todo y parece que es escasa en lugares de piedra caliza. Que también se
reproduce en zonas húmedas no puede discutírsele a Walpole-Bond, quien
asegura que puede anidar en marismas y campos encharcados. Pero, eso sí,
buscando en ellos los puntos más secos. Sin embargo, el mismo ornitólogo
inglés con su gran experiencia, admite que la Alondra Totovía es pájaro de
lugares secos, pero no áridos ni desérticos. Zonas de colinas y campos
extensos con ondulaciones del terreno pueden concentrar un buen número de
parejas. Durante todos los meses
del año se puede escuchar el canto de la Alondra Totovía. Pero hay que
señalar que la mayor fuerza de voz la posee entre febrero y julio.
Intermitentemente se oye en enero y muy poco en agosto. De forma esporádica
durante noviembre y diciembre y no es precisamente un canto, sino notas
imperfectas y partes de él que, sin embargo, sirven bien para identificarla.
Normalmente canta de día y al anochecer. Con luna llena también en plena
noche y en la oscuridad total sólo ocasionalmente. Días nublados no son
obstáculo para que nos deleite con su agradable voz. No como la Alondra que
en esos mismos días permanece muda y oculta en el suelo durante horas. La
emisión del canto resulta espectacular. El pájaro se eleva en espirales
amplias, volando a intervalos en círculos hasta llegar a considerable altura
donde ya no se la distingue y apenas se la oye. El descenso es al principio
lento, cantando sin parar hasta que a 50 metros del suelo calla y plegando
las alas se lanza en una especie de picado hasta un arbusto, un poste o la
rama de un árbol. Algunas veces se eleva verticalmente como la Alondra
Común, pero realmente esta situación es ocasional y prefiere trazar en el
aire amplios círculos, más anchos y cerrando un territorio mucho mayor. Sus
vuelos son muy espectaculares y como el pájaro puede permanecer cantando sin
apenas descanso durante una hora y a veces más, contemplar sus evoluciones y
agradables silbidos es una verdadera atracción para el naturalista. Su canto
carece de la variedad y vehemencia del de la Alondra Común, pero no es menos
musical y agradable. Quizá sea más dulce y está formado por cortas frases
que repite combinándolas y destacando mucho un agradable estribillo
¡¡Lü-lü-lü...!! Cada una de las frases dura 3-5 segundos, a veces hasta 8 y
están separadas por silencios de 1-3 segundos. No tan sostenido como el de
la Alondra Común, sin embargo, puede durar más tiempo, aunque a intervalos
de 8-10 segundos se interrumpe. Además de cantar en vuelo también lo hace
desde un posadero no muy alto, un arbusto, la rama de un árbol e incluso en
el suelo. Pero en estos casos su voz no suena igual y en conjunto el canto
es más pobre. Cuando la Alondra Totovía está alarmada, bien desde el suelo o
en vuelo emite un silbante y dulce ¡¡tiluit!! Las hembras cerca del nido y
llamando a los pollos dispersos por entre la vegetación suelen repetir un
suave ¡¡uíuu!! Durante la reproducción
se alimenta fundamentalmente de gran cantidad de insectos. En el otoño e
invierno las semillas de plantas silvestres forman la mayor parte de su
dieta. Coleópteros, dípteros, ortópteros y sus larvas, son capturados en la
Tierra entre la hierba y los arbustos. Las semillas registradas como más
frecuentes entre su alimentación son Papaver, Panicum, Polygonum,
Chenopodium, etc. (Jourdain). Los pollos son cebados con dípteros y orugas. El celo comienza a
manifestarse pronto y a menudo en días soleados de febrero las totovías,
mientras comen en el suelo de un campo, luchan entre ellas. Al llamarnos la
atención por estos inesperados escarceos seguidos de cortos vuelos, pronto
se aprecian varias parejas que con la cola desplegada y el píleo erizado
permanecen unas frente a otras. Si se pudieran contemplar a corta distancia
pronto se escucharía la suave llamada de las hembras contestada por un
burbujeo o canto incompleto que los machos emiten en estos instantes.
Normalmente cada uno de los machos implicados se eleva repentinamente en el
aire y comienza a cantar con fuerza. Muestras del celo e intentos de cortejo
similares a los descritos pueden contemplarse ocasionalmente en el otoño. A la hora de anidar, la
Alondra Totovía procura hacerlo no lejos de vegetación y a menudo se
descubren grupos de parejas a cierta distancia unas de otras, pero formando
una colonia en la misma zona de 3-6 parejas. Algunas veces más, pero en
conjunto están muy diseminadas estas pequeñas colonias y sólo localmente son
numerosas. Ambos sexos construyen el nido aunque la hembra le dedica más
atención y trabajo, recogiendo el material no lejos y a menudo al lado del
mismo nido. Estas operaciones duran una semana y es frecuente que pase otra
más antes de que se inicie la puesta de los huevos. Todos los nidos están en
el suelo o muy cerca de él. Corrientemente en una depresión bastante honda
al abrigo de una planta, mata de hierba o pequeño arbusto. El fondo del nido
tiene musgo y hierbas secas y el forro interior es de hierba muy fina y
crines que normalmente aporta la hembra, mientras el macho se ocupa más de
la estructura exterior. Las primeras totovías en
criar pueden hacerlo en la semana inicial de marzo, pero más a menudo a
partir de la mitad del mes y corrientemente no antes del 25 de marzo.
Walpole Bond señala «fechas ideales» entre el 25 de marzo y el 7 de abril.
Para él los huevos encontrados en los nidos construidos después del 18 de
abril, pudieran corresponder a segundas puestas después de haber fallado la
primera. En Iberia son muy
frecuentes puestas tempranas. La mayoría de ellas son de 3-4 huevos y
algunas excepcionales de 5 y 6. También se señalan ocasionalmente de 2
huevos. Estos tienen color blanco sucio o rosado cubiertos de puntos y
manchitas pardo rojizas, puntos olivaceos y marcas gris violáceos, muy a
menudo agrupados en el extremo más ancho. Ocasionalmente pueden ser grises y
no tener marcas. Jourdain para 100 huevos colectados en Gran Bretaña obtuvo
un promedio de 21,6 x 16,34 mm. con un máximo de 23,5 x 16,4 mm..y un mínimo
de 19,7 x 15,1 mm. Verheyen para 31 de Bélgica da una media de 20,7 x 15,6
mm. D'Almeida en 10 recogidos en el norte de Portugal obtiene un promedio de
18,4 x 14,2 mm. con extremos de 18,1 a 20,2 x 13,9 a 15 mm., medidas no
obtenidas ni de lejos en el resto de Europa, lo que hace pensar en algún
error en la identificación de las puestas recogidas en Portugal. Solamente
la hembra incuba y lo hace por un período que normalmente oscila entre 12 y
13 días. Los nidos situados en campos próximos a conducciones eléctricas son
fácilmente descubiertos ya que los machos de Alondra Totovía tienen la
costumbre de posarse y cantar con insistencia sobre los hilos de aquéllas,
precisamente en la vertical del nido o muy cerca de ella. Al acercarnos a
los nidos, las hembras lo dejan rápidamente y corren por el suelo o entre la
vegetación. Es un pájaro bastante manso que permite la aproximación del
hombre a sorprendentemente cortas distancias, pero durante la cría es muy
precavido. Si el observador se acerca al nido con precaución, puede incluso
casi llegar a tocar a la hembra que incuba antes de que ésta emprenda la
carrera. Si se asusta, levanta el vuelo, abre la cola y planea o revolotea a
baja altura hasta 12-15 metros. No rara vez los pollos tardan mucho en
nacer, hasta 15 días. También se citan algunos casos de 16 días (Jourdain).
Al nacer, están cubiertos en la cabeza con un plumón denso y largo de color
gris humo que en el resto es amarillento. Más escaso en la zona ventral. El
interior de la boca es amarillo con un punto negro en el extremo de la
lengua y dos más muy pequeños a los lados de la base de aquélla. Las
comisuras son blanco-marfil. Como sucede en todos los
aláudidos, los pollos salen del nido muy pronto, entre 9 y 12 días, más
corrientemente a los 11 días, después de ser alimentados intensamente por
ambos adultos, pero no son capaces de volar hasta los 16 días. A menudo
permanecen agazapados en una oquedad cerca del nido bien camuflados contra
la tierra. La Alondra Totovía
realiza siempre dos puestas en cada temporada, pero tres también con
relativa frecuencia y hay nidos con huevos en plena incubación en el mes de
agosto. Cuando las totovías acuden al nido a cebar, no se posan directamente
en él, sino que lo hacen a una distancia prudente, entre uno y dos metros,
corriendo por el suelo después bien ocultas a las miradas. Si se sienten
vigiladas corren en sentido contrario, tratando de despistar al intruso.
Ceban con larvas e insectos que según van capturando colocan en un pequeño
montón en el suelo. Cuando consideran que hay una cantidad suficiente para
completar la picada, los recogen y vuelan hacia el nido. En Europa está
ampliamente distribuida. Vaurie (1959} admite dos subespecies para nuestro
Continente. Lullula arborea arborea ocuparía las Islas Británicas,
sur de Escandinavia, Rusia hasta los Urales, norte de Portugal y de España,
Francia, norte de Italia, Hungría y norte de Grecia. Lullula arborea
pallida, más clara en el plumaje general, más gris y más blanca debajo,
viviría en el sur de España y Portugal, islas mediterráneas, sur de Italia,
Grecia y los Balcanes y norte de Africa desde Marruecos a Túnez, llegando
por el sudeste hasta el Asia soviética y Persia. Para Vaurie hay una
variación clinal consistente en un decrecimiento o pérdida de pigmentación
desde el Norte hacia el Sur y de Oeste a Este en Europa. Las poblaciones más
oscuras y de coloración más rica con las partes inferiores muy amarillentas,
son las de Escandinavia y las Islas Británicas. Las más pálidas, más
blancuzcas debajo y más grises encima son las asiáticas. A menudo la
separación entre las subespecies, por la presencia de totovías con plumaje
intermedio, no es fácil ni clara. En la Península Ibérica
está muy dispersa y anida en grupos en pastos, campos de labor, terrenos con
árboles separados y sobre todo en laderas de colinas con arbustos,
matorrales, etc. La mayor concentración se encuentra en una extensa
superficie que alcanza a las dos CastiIlas y León, Extremadura y Andalucía.
Por el resto la densidad baja bastante y llega a ser escasa o rara en la
zona Cantábrica y falta casi por completo en muchos lugares del Este y
Sudeste. No anida en Baleares. En todo su amplio hábitat es sedentaria y en
el invierno se ven en parejas o pequeños grupos por rastrojeras y campos. En
ellos deben estar integradas las totovías que indudablemente llegan para
invernar, como puede observarse en los extremos de los Pirineos en primavera
y otoño. Las poblaciones del centro y norte de Europa son migradoras. Quizá
algunas ibéricas realicen vuelos de corto radio y pudieran las que viven en
Andalucía, atravesar el Estrecho de Gibraltar acompañadas de un pequeño
contingente europeo. En el norte de Africa no ha habido ninguna recuperación
de totovias anilladas en Europa, pero en la zona de Tánger se señalan estos
pájaros en migración durante el mes de marzo. En Mallorca hay también una
notoria migración. Las recuperaciones parecen indicar que muchas totovias
escandinavas y bálticas alcanzan Iberia puesto que son numerosas las de
aquella procedencia que se han capturado en el sudoeste francés cerca ya de
la frontera española. Para Bernis (1971) España y Portugal deben ser una
buena zona de invernada de las totovías europeas. De hecho sucede que con
tiempos muy fríos en invierno, la llegada de estos pájaros se nota mucho en
los campos navarros y vascongados. No tanto en los de la costa Cantábrica,
pero no faltan allí. Una Alondra Totovía
anillada como pollo en Bélgica fue recuperada a los 20 días en Guipúzcoa
(septiembre). Otra de Suiza, anillada allí al paso, estaba en Castellón a
los 19 días (noviembre). Un claro invernante corresponde a la recuperación
en febrero en Córdoba de una anillada como adulto en junio del año anterior. En la actualidad parece
estar en disminución en muchos países. En Gran Bretaña ha llegado a ser
escasa y continúa disminuyendo (Snow). Ahora queda distribuida muy
localmente en Gales y el Sur de Inglaterra, faltando como reproductor en
Escocia e Irlanda. En conjunto las mayores poblaciones están en Europa
centro-oriental, Países Bálticos y en Iberia. No es escasa en Francia y
Alemania, aunque aquí se muestra como muy local. |