Agachadiza Chica Lymnocryptes minimus
La más pequeña de todas
las agachadizas que podemos ver en la península, es la Agachadiza Chica
Lymnocryptes minimus que mide sólo 19 cm de longitud y cuyo pico
es más corto proporcionalmente al tamaño del pájaro que el de la Agachadiza
Común y su forma también es diferente, más ancho en la base y en el extremo
y estrecho en el centro. Visto desde arriba, cuando se tiene el pájaro en la
mano, parece una pequeña espátula. El plumaje del dorso con matices color
púrpura y verdoso brillante es también una característica inconfundible así
como la oscura cabeza que carece de la raya central más clara de las otras
agachadizas. Un detalle bueno para la identificación de la Agachadiza Chica,
aparte de su menor tamaño es que carece de blanco en la cola que presenta un
aspecto pardo uniforme, muy notorio cuando inicia el vuelo desde el suelo a
los pies del observador. Los flancos están moteados más que rayados y el
dorso tiene dos rayas claras formadas por el borde pardo claro o blanquecino
de las plumas. Tarda en levantarse del suelo y parece que espera a que casi
se la pise. Entonces vuela inesperadamente muy silenciosa, a baja altura, a
veces directamente, pero más a menudo haciendo curvas en el aire, no a tanta
velocidad ni altura como la Agachadiza Común y casi siempre vuelve a echarse
al suelo después de un recorrido relativamente corto. Esta conducta de no
asustarse ante el ruido que una persona o animal hace al aproximarse a ella
le ha valido el nombre popular de «sorda» o «sordina», aunque aquel también
se aplica a la Agachadiza Común. En algunos lugares lleva el grotesco nombre
de «meaperros» porque al ser levantada por el perro lanza un excremento y
aquel se asusta y enfurece. También se dice que cuando hay esta especie en
las riberas hay la Chocha Perdiz en el monte. Realmente la Agachadiza Chica
es ave de paso en Iberia, pero también invernante en regular número, y
siempre muy dificil de detectar. Con inviernos extremadamente frios entran
muchas y en todas las regiones españolas pueden ser vistas. Su área de
reproducción en el norte y nordeste de Europa llega desde las costas del
Báltico hasta Siberia. Estas poblaciones son migradoras y se reparten por
toda Europa occidental. En Iberia se han recuperado varias anilladas al paso
en otros paises europeos Casi todas en los litorales Cantábrico y Atlántico
(Asturias, Santander, Beira Litoral). No pocas agachadizas
chicas llegan hasta el Africa Tropical y así han sido capturadas en el
invierno en Senegal, Nigeria, Tchad y Costa de Oro. Moreau (1972) considera
que está presente hasta Zambia, pero la mayoría de las observaciones
corresponden a individuos aislados y no se puede hablar de una auténtica
población invernante. Las primeras «sordas» en llegar a Iberia en el otoño
lo hacen en septiembre y algunos años son muy abundantes en octubre y
noviembre, ocupando praderas húmedas y bordes de marismas. Puede decirse que
hay inviernos de «sordas» y otros en que apenas se ven. Ocasionalmente al
levantarse del suelo lanza un débil quejido, nota que es completamente
diferente de la que emite la Agachadiza Común. |