Zarapito Real

 

 

 

 

 

Numenius arquata 55 cm.

 

 

Algunos sonoros y melancólicos «curli», en invierno, al borde del mar, señalan la presencia de los zarapitos reales. Muy ariscos, están siempre en guardia y la menor alerta provoca su huida.

En invierno puede vérsele indistintamente en terrenos secos o en húmedos; en verano se acantona en las landas rasas, las praderas turbosas o incluso a veces en los prados de siega. Desde marzo resuena su magnífico trino, lanzado en vuelo por el macho, al que contesta desde tierra la hembra. La parada concluirá en el suelo.

Llegado el verano, se reúnen en bandos y se dirigen sobre todo hacia las costas; en esta época empiezan a verse en migración en España (donde no cría, aunque ha habido algunos posibles casos no llevados a buen fin), especialmente en la zona cántabro-atlántica, donde permanecerán comúnmente invernando, mientras escasean en la región mediterránea y sobre todo en el interior. Su figura y grito característico hacen que sea un ave bien conocida de las gentes del litoral atlántico español, como lo indica la variedad de nombres populares que recibe, según las regiones: volancico en Cantabria, mazarico en Galicia y zapapico en Andalucía, entre otros.

 

Identificación: Pardo grisáceo muy listado de oscuro; con largas patas y pico curvado hacia abajo; obispillo blanco; cola pardusca barreada de oscuro; sexos iguales.

Nidificación: Nidos en depresión, forrados con hierba o brezos, entre vegetación baja; pone, de abril a mayo, 4 huevos ante, castaño u oliváceos, punteados con castaño oscuro; incubación, alrededor de 30 días, por ambos padres; los pollos, vigilados por ambos progenitores, dejan el nido a las pocas horas de nacer, volando sobre los 30 días.

Alimentación: En la costa, pequeños moluscos, crustáceos, lombrices, pececillos, y a veces algas; tierra adentro, insectos y sus larvas, lombrices, moluscos, a veces bayas y semillas de maleza.

Hábitat: Mares, costas y estuarios.

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