Trifolium repens.- Con fines medicinales se recolectan las cabezuelas. La medicina familiar las emplea para curar los catarros gastrointestinales y las fuertes diarreas.

Vuelvepiedras Común

Arenaria interpres

 

Un curioso pájaro que es frecuente en las costas ibéricas en los pasos de primavera y otoño es el Vuelvepiedras Común, Arenaria interpres. Pocos son los limícolos y pájaros de la costa que poseen un plumaje tan marcado y conspicuo que hacen fácil su identificación. Su forma es la de un pájaro de cuerpo compacto, patas cortas y cuello también muy corto, como el pico. En plumaje primaveral la cabeza casi blanca, la garganta negra, las patas rojas y la espalda rojiza son las notas más destacadas Pero en todos los plumajes, cuando vuela se distinguen inmediatamente cuatro marcas blancas sobre las alas y otra del mismo color encima del obispillo, así como cola blanca en el centro con dos bandas negras. En el invierno el plumaje general del cuerpo y espalda es marrón mezclado con negro, conservando el diseño blanco y negro de la cola.

Esta especie habita durante la reproducción todas las costas del Artico y en Europa las de los países escandinavos. Es claramente una especie circumpolar, de forma que muchos de los vuelvepiedras que se capturan y observan en Iberia proceden de costas árticas de Groenlandia y norte de América. Este pájaro está entre los mayores migradores de las especies de aves que pueblan la Tierra, realizando los más prodigiosos viajes entre su lugar de reproducción y los cuarteles de invierno, aunque muchos permanecen en zonas de la Europa occidental, incluso en el sur de Islandia. No puede ser fácilmente explicado qué impulso sienten los vuelvepiedras para recorrer distancias tan enormes que los hacen llegar hasta las lejanas tierras de Nueva Zelanda. Está clara la tendencia que los vuelvepiedras de Groenlandia tienen a volar en dirección al Sudeste por las repetidas recuperaciones de anillados en la costa portuguesa. Un Vuelvepiedras Común anillado en Canadá en el nido, a los dos meses ya había alcanzado la costa portuguesa de Minho, recorriendo para ello nada menos que 5.000 Km hacia el Sudeste. Otro anillado en el oeste de Groenlandia alcanzó también la costa portuguesa de Beira Litoral. Aparte de las recuperaciones de anillados en estas costas, muchas de las cuales son de pájaros cogidos al paso en Islandia y por tanto de probable procedencia americana (groenlandesa), también aves de Suecia se han recuperado en las mismas costas y en las de Vascongadas y Santander. Algunas notables, que dan una idea de la velocidad en la migración de algunos de los vuelvepiedras. Así, en Beira Litoral se recuperó uno anillado 11 días antes en el sur de Noruega, a 2.300 Km al nordeste De la misma procedencia en Douro Litoral a los 12 y 18 días, vuelvepiedras que recorrieron 2.200 Km. Algunas de las capturas sucedieron en meses invernales, con lo que puede asegurarse la invernada de por lo menos un corto número de vuelvepiedras en las costas atlánticas de Iberia.

La observación de esta especie resulta muy curiosa, sobre todo por sus hábitos al comer. Frecuentemente se les ve posados en pequeños bandos sobre las rocas, muy cerca de las rompientes. Pero debe extremarse la observación porque su plumaje es altamente mimético, confundiéndose con el color de las rocas cubiertas de algas. Incluso las patas amarillas del pájaro pueden confundirse fácilmente con las mismas algas. Es una especie muy confiada que permite la aproximación de los observadores a muy corta distancia, tanta a veces que, pasando inadvertido, levanta el vuelo casi de entre los mismos pies. Lo hace emitiendo un corto trino y éste y el inconfundible diseño de la cola lo identifican enseguida. El nombre le viene de la costumbre que tiene al buscar comida entre las piedras y la arena de las playas, de levantar con el pico cualquier objeto, volcándolo unas veces y empujándolo simplemente otras. Incluso un pequeño o gran pez muerto en la orilla es movido de su sitio por el Vuelvepiedras. De esta manera llega incluso a volcar en sus zonas de cría nidos de otros pájaros que crían en el suelo, en una acción mecánica de buscar alimento.

El Vuelvepiedras Común come muchos insectos y arácnidos. Debajo de las piedras encuentra innumerables pequeños moluscos y crustáceos y se le ha visto comer pequeños peces vivos y a veces restos de peces arrojados por la mar a las playas. También picotea frecuentemente en las algas, comiendo fragmentos de ellas.