Pardela Cenicienta

Calonectris diomedea

 

La Pardela Cenicienta Calonectris diomedea es una de las de mayor tamaño. La cabeza y la espalda son de color gris marrón, pero intensificando el color marrón oscuro en la espalda, obispillo y dorso de las alas. Los ojos tienen un anillo blanco que, sólo puede ser observado de cerca. Los carrillos y lados de la cabeza son blancos manchados de gris como los flancos. El vientre, garganta y parte inferior de las alas son de color blanco puro. La cola es marrón oscuro como las alas. El pico es amarillo con los tubos nasales muy desarrollados. En esta especie puede distinguirse la hembra del macho relativamente bien, por tener ésta el pico más fino. Aunque a distancia su diseño puede ser confundido con el de otras pardelas, sin embargo, el mayor tamaño es una distinción segura. También es visible el borde posterior de las alas, muy oscuro, casi negro, y que es una buena característica para la identificación.

Esta pardela se reproduce en las costas mediterráneas españolas, islas Columbretes e Islas Baleares, y también en las islas Berlangas, frente a la costa portuguesa del Atlántico, donde, por cierto, las colonias eran antaño saqueadas por los pescadores. También es casi segura su reproducción en las islas de las costas gallegas del Atlántico, aunque falten datos para asegurar esto rotundamente.

La Pardela Cenicienta alcanza una gran densidad en la proximidad de sus zonas de cría. Aparte de las colonias establecidas en las costas de la Península Ibérica, también abunda como reproductora en las Islas Canarias. Allí, como en las Berlangas, vive la subespecie borealis, que es algo mayor que la especie mediterránea diomedea.

La llegada a los lugares de nidificación se produce en el mes de marzo, aunque es difícil determinar las fechas, porque esta pardela está presente en abundancia y en bandos de 300 a 400 ejemplares, muy frecuentemente, cerca de las costas rocosas donde anida.

Construye el nido en el interior de agujeros y cuevas de acantilados, donde han sido encontrados varios pollos pertenecientes a la vez a varias parejas. A pesar de que están pronto presentes en las colonias de cría, no ponen un único huevo hasta los últimos días de mayo y quizá en muchos casos hasta la primera semana de junio. En este mes todos los adultos están ya incubando. Los pollos están muy desarrollados en julio y es entonces cuando antiguamente y aun hoy día (Canarias) estaba en su máximo apogeo la actuación de los «apardeleros», profesionales en la recogida de pollos de los que obtenían la abundante grasa que tienen estos pájaros.

El ornitólogo Bernis describe muy bien el comportamiento de las pardelas cenicientas que crían en las islas Columbretes y sus extraordinarios gritos. Dice: «Durante nuestra estancia en mayo, nunca vimos aves volando de día junto a las islas. La mayoría de las aves se cogieron de noche al momento de entrar del mar. Ninguna de las dos noches dedicadas vimos entrar pardelas mientras hubo claridad de luna. Puesta ésta, con oscurecimiento total, se inició en ambas noches inmediatamente el concierto de gritos y enseguida entraron pardelas en las redes. Las aves llegaban, sin duda; del mar, y antes de entrar en las «uras», y mientras revuelan el lugar, emiten gritos parecidos, pero no iguales, a los que lanzan dentro de la «ura». Los gritos en ella, potentes y estremecedores, tienen a ratos timbre perfectamente humano y pueden transcribirse con un «ágguaágguaággua», a ratos modulado variablemente, prolongando a veces la primera parte de la estrofa así: «aaagggua». Todas las pardelas atrapadas ocupaban solitariamente nichos o «uras» bajo salientes de peñas o entre bloques roquizos. El día 21 de mayo capturamos un ave en una «ura» donde incubaba su correspondiente huevo. Presumimos que una buena parte de las aves aún no habían puesto.»

El nido de esta pardela está generalmente construido con palitos y algas. La incubación, en la que intervienen ambos sexos, dura unas cuatro semanas, dejando el nido el joven en el mes de octubre e incluso más tarde.

Se alimentan fundamentalmente de moluscos muy pequeños, huevos de peces y materia vegetal. Rozan con el pico la superficie de las aguas y ocasionalmente se zambullen lanzándose desde pequeña altura, no superior a 4 ó 5 metros, pero calándose completamente en el agua. Con frecuencia son observadas durmiendo en grandes bandos posados en el mar.

La Pardela Cenicienta se dispersa después de dejar las colonias de cría mediterráneas y sube costeando la Península Ibérica hasta el Golfo de Vizcaya, uno de sus lugares favoritos para alimentarse.

Las aves que crían en islas atlánticas se dispersan por las costas de Africa occidental hasta el Africa del Sur.

En las islas Berlengas (Portugal), las pardelas cenicientas permanecen en la mar frente a sus cuevas o agujeros hasta dos horas de la puesta del sol. También aquí, como en el Mediterráneo, anidan en grupos dentro de pequeñas y grandes cuevas. Algunas fueron observadas por el ornitólogo inglés Lockley sentadas incubando el huevo sobre plataformas formadas por pequeñas piedras.

De las observaciones realizadas en la Estaca de Bares (La Coruña) en los meses otoñales (Huyskens 1971), se deduce que es una de las pocas especies que muestran un doble movimiento tanto hacia el Este como hacia el Oeste, aunque, como en las demás especies, parece que esta dirección es la predominante. Es muy probable que dentro del Golfo de Vizcaya realice un movimiento circular desde el momento que fue también observada en numerosos bandos frente a la punta sudoccidental de Irlanda (Cape Clear Island). Las observaciones realizadas desde la Estaca de Bares en octubre de 1969 revelaron un gran número de pardelas cenicientas. Esta especie apenas ha sido anillada, por lo que no ha habido recuperaciones que permitan aclarar sus movimientos.