Estornino Negro Sturnus unicolor Resulta difícil
identificar con seguridad a distancia el Estornino Negro, Sturnus
unicolor, por su parecido con el pinto, Sturnus vulgaris. Sin
embargo, de cerca o teniendo ambas especies en la mano
Teniendo en cuenta que
ahora en España el Estornino Pinto se reproduce en varias regiones y en
algunas (Santander y Navarra) coincide o puede coincidir con el Estornino
Negro, es necesario dar aquí algunos rasgos comparativos de valor para la
identificación, si se pueden observar de cerca ambos pájaros o examinar su
plumaje en la mano.
Adultos en todo tiempo Estornino Pinto: Plumas
cobertoras superiores de las alas y primarias con bordes beige, más anchos y
notorios en aquéllas que en éstas; reflejos metálicos e iridiscentes muy
marcados y variados, con cobertoras superiores y verdes; en general, las
plumas del pecho y cuello anchas y menos estrechas en la punta (longitud de
las mayores, de 2 a 3 cm). Estornino Negro: Plumas cobertoras superiores sin bordes beige;
plumaje negro mate, con menos brillo, salvo en las cobertoras, que poseen un
tono púrpura; en general, las plumas del pecho y cuello son más delgadas y
estrechadas en la punta (longitud de las más largas, 3-4 cm.). Adultos en invierno Estornino Pinto: Muy
manchado de pintas blancas, grises y beige, variables en la forma que pueden
ser, incluso en el mismo pájaro redondeadas, triangulares, en uve o
acorazonadas. Estornino Negro: Color
general negro grafito con motas blancas o beige pequeñas, a menudo
insignificantes y repartidas por diversas partes del cuerpo, con forma de
uve o punta de flecha y que, por desgaste, desaparecen, quedando sólo en las
infracobertoras caudales y sobre los tarsos. Jóvenes Estornino Pinto: Pardo
grisáceo salvo en la garganta que es blancuzco. Estornino Negro: Gris
negruzco con garganta clara. Otros caracteres
diferenciables no son de gran valor desde que se ha comprobado su
inconstancia. Las hembras de Sturnus vulgaris tienen el iris de los
ojos ribeteado de blanco o amarillento, como sabemos. Las de
Sturnus unicolor son completamente pardos. En primavera y verano, los
tarsos y los pies del Estornino Pinto son pardo rojizos y los del Estornino
Negro más claros, pardo carnosos. En el invierno, los de éste se oscurecen y
la diferencia es entonces inapreciable. La separación por la longitud del
pico no es de valor, a no ser que se examine una serie de estos pájaros y de
forma comparativa, y aun así, Bernis (1960) no encontró diferencias. Sí en
cambio las hay en el promedio de longitudes alares, mayor en el Estornino
Negro que en el pinto (Vaurie, 1954). Su voz es bastante más alta y de mayor
alcance. A menudo, muy aguda y penetrante, emitiendo continuamente o a
intervalos regulares un fuerte y silbante ¡¡suitsiuuuu!!. La consideración de Sturnus unicolor como especie
diferente y no una subespecie de Sturnus vulgaris ha sido desde hace
muchos años motivo de controversia entre los taxonomistas y ornitólogos
Estimada en principio como una raza aislada en el extremo sudoccidental del
área de reproducción del Estornino Pinto, nuestro
Sturnus unicolor presenta, además de las ligeras diferencias en el
plumaje que se han señalado, cierta variación en su comportamiento,
únicamente comparable a las poblaciones sedentarias de Sturnus vulgaris.
Los dos frecuentan biotopos similares para la alimentación y la cría y se
comportan durante el celo y la cría de los pollos casi de idéntica manera.
Sin embargo, ahora que en algunas zonas ibéricas ambas especies viven en un
mismo hábitat durante la reproducción (Santander), se han apreciado algunas
variaciones en el nicho ecológico, que ya no es tan común como se sostenía
antes de poder observar la conducta de ambos pájaros conjuntamente. González
Morales comprueba que Sturnus vulgaris siente preferencia por
habitaciones humanas, viviendo sobre tejados y terrazas y comiendo en campos
y jardines, mientras Sturnus unicolor
busca también a menudo bosques de coníferas y come en Pino piñonero,
Pinus pinea, biotopo en el que no se ve nunca al Estornino Pinto. Esta
coincidencia en el mismo hábitat de los dos pájaros puede iniciar ahora los
estudios necesarios que permitan delimitar o no nicho ecológico y
comportamiento, sobre todo si se comprueba que la población ibérica de
Estornino Pinto, como es muy posible, es sedentaria. Sturnus unicolor, como especie
independiente, ocupa un área reducida de Europa a Iberia, Marruecos, Argelia
del Norte y Túnez, Córcega (Este y Sur), Cerdeña, Sicilia, Malta, faltando
en las costas mediterráneas de España, Francia e Italia y en Baleares. Su
expansión hacia el Norte y Este ha sido en los últimos 10 años realmente
espectacular. Ha invadido la campiña asturiana, donde era muy escaso o
esporádico y cría ahora allí en pequeñas colonias o parejas aisladas en
niveles por
debajo de 200 metros y en localidades costeras. En Santander parece
sentir preferencia por zonas más interiores que las ocupadas por el
Estornino Pinto. No se puede descartar, sin embargo, que algunas de las
parejas de estorninos que se observan en Asturias en primavera, hayan sido
mal identificadas y se trate realmente de Sturnus vulgaris. En Navarra, Purroy (1974)
lo clasifica como habitante de llanuras y valles, y Elósegui (1976) me
comunica que abunda en el sur de la región y progresa hacia el norte,
existiendo expectación entre los ornitólogos ante la inminente competencia
con Sturnus vulgaris. En Aragón ha llegado a
criar en toda la región. Aragüés (1976), informa que el número de parejas
nidificantes es desde hace 5 años verdaderamente impresionante. Desde la
provincia de Teruel hasta la sierra de Guara, próxima a Loarre (Huesca),
prácticamente cría en todas partes. Falta, pues, únicamente en el Pirineo. En Valencia ya cría a 4-5 km. de las orillas del
Mediterráneo, y su avance, según informe de Pechuán, es también espectacular
y continúa (1976) hacia el sur y norte de la región. En conjunto, la especie
es numerosa en la Península Ibérica y localmente abundante en pueblos
pequeños y aldeas de León, Galicia, Castilla, Extremadura y Andalucía,
formando colonias pequeñas y ocasionalmente muy grandes. Prefiere tejados de
casas, granjas, cobertizos y cuadras y anida debajo de las tejas, pero
también en agujeros de muros y árboles. En éstos y en tejados de iglesias,
cría en Asturias y Santander. Durante el otoño e invierno es gregario y se
une a los bandos de Estornino Pinto, con el que vaga por los campos, pero no
se aleja mucho de su habitual lugar de nidificación, por lo que propiamente
es especie sedentaria sujeta a erratismo de corto radio. El macho construye el
nido con hierba seca o paja, muy somero a veces y desaliñado, otras de
considerable volumen, forrándolo la hembra con plumas de aves de corral y su
propio plumón. Algunos tienen un forro fino interior de hierba seca y lana.
Normalmente, debajo de tejas, en agujeros de árboles y muros viejos, pero
también en cajas-nido preparadas artificialmente y por las que parece sentir
preferencia. La puesta puede comenzar desde mediados de marzo, pero
habitualmente no hasta abril, y consiste en 4-6 huevos, a veces 3 y 7, de
color azul pálido uniforme. Harrison (1975) da un promedio de medidas de
31,2 x 21,5 mm. Ambos sexos incuban durante 12-13 días. Harrison estima que
solamente incuba la hembra (?). Los pollos son alimentados por ambos adultos
con insectos y fruta. En Asturias se ven aportar considerable cantidad de
cerezas dulces que llevan clavadas en el pico. Y se dice dulces, porque
sobrevuelan distancias de 1-2 km. hasta un cerezo que las produce cuando
cerca de su colonia hay otros cargados de fruto más ácido. Al nacer los
pollos están cubiertos en parte con un plumón bastante largo y denso, de
color gris blancuzco. El interior de la boca es amarillo y las comisuras
amarillo muy pálido. No hay puntos oscuros en la lengua. A los 21-24 días
dejan el nido y vuelan bastante bien, colicortos tambaleantes, de tejado en
tejado, no siendo independientes hasta los 35-40 días, en que, formando
grupos o pequeños bandos, comienzan a vagar por los campos. Dos crías son
normales cada temporada. |