Cernícalo Primilla Falco naumanni
Más pequeño, pero no siempre fácil de separar del
Cernícalo Vulgar Falco tinnuculus en el campo, el Cernícalo
Primilla Falco naumanni, posee, sin embargo, una conducta diferente
que ayuda
mucho en su identificación. También siendo familiar con la
presencia de ambas especies, hay en el vuelo de ambas una inapreciable
diferencia, que los distingue. Para el ocasional observador el dorso de las
alas y la espalda de color acastañado rojizo más vivo y no moteadas, así
como su cabeza y cola más azules, menos grises, son sin duda, los rasgos de
plumaje más destacados y que; normalmente, sólo pueden ayudar a su
determinación cuando se observa muy de cerca o por encima con buena luz y
prismáticos. No obstante, existe algo en su vuelo que no podría definirse
claramente, pero que puede depender de un batido de alas más suave, aunque
unido a su aspecto más ligero y menor tamaño le prestan una apariencia
diferente del Cernícalo Vulgar. Sólo en ocasiones se cierne y lo hace por
cortos intervalos. El macho de esta especie recuerda al del Cernícalo
Vulgar; pero sus partes inferiores son más blancas, en especial las alas,
que contrastan mucho con el cuerpo pardo crema y puntas negras de las alas.
Por encima además del diferente tono azulado de la cabeza y cola, destacan
las plumas cobertoras también azules, careciendo del mostacho oscuro tan
típico de los demás halcones.
La distinción entre las hembras de las dos especies; vulgar y primilla, es a
veces muy difícil y parece que cuando se ven en vuelo o cerniéndose, un buen
dato puede ser la forma de la cola, que en el Cernícalo Primilla tiene una
ligera forma acuñada, ocasionada por las dos rectrices centrales que son un
poco más largas que las otras y sobresalen ligeramente.
Como ya se ha indicado, sin duda la mejor distinción del Cernícalo Primilla
Falco naumanni del vulgar, la da su conducta diferente Es ave colonial
que vive en grupos muy numerosos y que frecuenta incluso las ciudades,
viviendo en ruinas de edificios, torres de iglesias y castillos. Sin embargo
dada su actual disminución que luego se comentará, pudiera ser que este
carácter colonial no fuera ya un método eficaz para distinguirlo de su
congénere.
La especie es estival en Iberia, emigrando a Africa a partir del mes de
septiembre Durante la época de reproducción se extiende por la Península
Ibérica formando colonias de cría por todas partes y no es ave dada a vivir
en montañas. Existen citas de nidos por encima de los 1.000 metros, pero son
excepcionales. Muchas veces se asocia para criar con el Cernícalo Vulgar.
Su voz es otra de sus características inconfundibles, así como su
mansedumbre en los lugares donde se reproduce, estimándose como la menos
tímida de las aves de presa europeas. Mucho más ruidoso que el Cernícalo
Vulgar, su voz más conocida es un agudo grito «¡¡chiik-chikchik-chik ! !»
que repite incesantemente cerca de la colonia. También se le escucha con
frecuencia un lastimero «¡¡hui¡-jui¡!!» y otras notas más ásperas que ambos
adultos emiten en el nido.
El Cernícalo Primilla es pájaro de campo abierto, generalmente habitando
zonas no montañosas como se ha indicado, frecuentando campos de labor y
praderas eludiendo siempre los bosques y zonas arboladas. Como el Cernícalo
Vulgar, caza cerniéndose previamente, pero durante menos tiempo y más a
menudo lo hace lanzándose en inesperadas «caídas» sobre los insectos que
divisa, tanto en el suelo como en el aire. Suelen cazar varios juntos, a
veces formando considerables y ruidosos bandos que vuelan bajo sobre el
suelo a no más de diez a quince metros de altura, cerniéndose un instante,
volando en giros y volviendo a cernirse nuevamente, pero también volando con
agilidad como si de una golondrina se tratara, capturando los insectos en el
aire continuamente en mucha mayor medida que Falco tinnunculus, que
es especie más dependiente de presas terrestres.
Además, sus costumbres gregarias durante la cría se mantienen en las
migraciones y en los cuarteles de invierno en Africa Occidental. Lo mismo
que sucede en la Península Ibérica; los bandos de cernícalos que se ven
durante el invierno paleártico en Africa son, sin duda alguna de esta
especie, aunque allí coincide también con el Cernícalo Vulgar, que incluso
es más común. Al emigrar vuela a más altura que cuando caza y puede
fácilmente pasar desapercibido a causa de su pequeño tamaño.
Se alimenta fundamentalmente de insectos, probablemente el 80 % del total de
la dieta. Los saltamontes vulgares, langostas y termitas voladoras son
esenciales en su alimentación. Las últimas especialmente en su zona de
invernada africana. Los pequeños roedores y lagartijas, en ocasiones también
ranas y muy rara vez pequeños pájaros, forman igualmente parte de la dieta.
Bernis (1973) estima que, a pesar de que se recalca el carácter
eminentemente insectívoro del Cernícalo Primilla, éste deja de ser puro y
para ello aporta algún dato obtenido en los nidos. Las presas fueron Alacrán
Cebollero Gryllotalpa, lacertidae, Lagartija de Arena (4), Ratón
Doméstico (3), y un diminuto sorícido. Estas tres últimas presas fueron
aportadas a un nido con pollos recién nacidos.
Garzón (1973), que examinó tres estómagos, determinó presas de insectos
fundamentalmente: Gryllus (11 ), Tettigonidae (8), Scarabeidae (1) y
Formicidae (1).
La afición por los insectos ha cambiado en cierto modo las costumbres de
esta especie, que ahora es observada en algunos lugares bien iluminados
durante la noche. Así, relatan que la colonia establecida en la Catedral de
Sevilla prolonga su actividad varias horas después de la desaparición de la
luz natural, aprovechando la de los focos que iluminan la torre de la
Giralda que atraen y descubren numerosos insectos voladores.
La llegada a la Península Ibérica de los primeros cernícalos primillas
procedentes de su zona de invernada en Africa, se produce ya en la última
quincena del mes de febrero, prolongándose durante todo el mes de marzo y
escasamente en abril. Las colonias están ya totalmente pobladas en el mes de
marzo. Se estima que los machos llegan en gran mayoría antes que las
hembras, que lo hacen sólo unos días más tarde. A pesar de esta temprana
arribada, aún han de pasar casi dos meses antes de que los primillas inicien
la reproducción.
El cortejo de los machos comienza normalmente en abril, aunque los vuelos
acrobáticos y el continuo griterío de los pájaros volando alrededor de la
colonia, pueden hacer pensar que a su llegada están ya comprometidos en él.
En el mes de abril, las parejas ya se diferencian bien, pero aún algunas
retrasan el emparejamiento hasta los primeros días de mayo; probablemente se
trata de los últimos llegados. A poco de amanecer ya se escuchan los
primeros gritos. Las hembras se colocan en un determinado posadero y allí
permanecen todo el día, realizando vuelos ocasionales «ala con ala» con el
macho . Este lugar elegido por la hembra, que puede ser un alero de un
tejado, una almena de un viejo edificio, un saliente rocoso en un cortado
donde exista un agujero, será normalmente el lugar del emplazamiento del
nido. Cualquier intruso, otro cernícalo o una Grajilla Corvus monedula,
es expulsado del lugar.
Durante casi diez días el macho aporta presas a la hembra en una curiosa
manera. Las lleva en el pico, se las pasa a las patas y nuevamente al pico,
dándosela a ella a continuación. La misma operación repite la hembra. Las
presas, normalmente, consisten en esta época en escolopendras y lagartijas.
Cuando el macho llega con la que podemos llamar una ofrenda, la hembra
adopta la actitud tan conocida de un pollo que va a ser cebado por sus
padres, agitando espasmódicamente las alas. Estas ofertas de alimento no son
la única parte en la representación nupcial de los primillas. Tan importante
parece ser el vuelo «ala con ala» ya mencionado y que la pareja efectúa casi
inmediatamente después de que el macho haya llegado con una presa, como el
que luego hace la hembra con la presa en el pico recién recogida del macho y
en pleno vuelo y ayudándose con las patas la devora.
El nido es en realidad una pequeña oquedad en el suelo, de un agujero o
concavidad rocosa, si la colonia se ha establecido en un cortado o en un
simple hueco de un muro de un viejo edificio, bajo las tejas o un alero. Si
en el lugar elegido existe alguna somera vegetación, los machos la arrancan,
escarbando incluso para extraer las raíces de modo que puede hablarse
propiamente de un acondicionamiento del lugar más que de la construcción de
nido.
Las colonias están formadas normalmente por dos o tres docenas de nidos,
aunque hace años eran muy numerosas las colonias mayores. En todas estas
colonias los cernícalos primillas crían junto a parejas de otras especies
como cornejas y grajillas, alimoches, lechuzas, cárabos, autillos, chovas
piquirrojas, gorriones chillones, aviones roqueros y vencejos reales.
En cuanto el sol inicia su carrera los primillas van abandonando la colonia
acompañándose con penetrantes gritos y se dispersan por toda la campiña. Al
atardecer, la concentración en la colonia es enorme y el griterío recuerda a
las incesantes y chillonas pasadas dadas por los vencejos comunes. Aun
después de puesto el sol continúan a media luz sus vuelos y gritos los
primillas.
Las primeras puestas se efectúan a finales de abril, pero la mayoría lo
hacen en mayo. Estas puestas suelen consistir de tres a seis huevos,
normalmente cuatro o cinco, que son dejados con intervalos de dos días. El
promedio de medidas para 200 huevos de colección obtuvieron un promedio de
34,8 x 28,8 mm. Su tamaño es, menor que el de los de Cernícalo Vulgar
y tienen el fondo blanco o pardo, manchados profusamente de amarillento
rojizo. Muchos varían extrañamente en la coloración y sé han controlado
huevos totalmente blancos o con punteado color siena sobre fondo blanco.
Sobre si la hembra del primilla realiza todo el trabajo o parte de él en la
incubación, existe un desacuerdo considerable entre los ornitólogos. Brown y
Amadon estiman que es ella la que incuba durante casi todo el tiempo,
estimando que la colaboración del macho a la tarea sólo alcanza a un 5-10 %
y únicamente durante el día. Sin embargo, Hovette, que ha estudiado
concienzudamente una pequeña colonia, establece relevos en la incubación
cada dos horas y cuarto como promedio (entre 105 y 150 minutos). Aún
sorprenden más estas afirmaciones cuando asegura que ninguno de los
componentes de la pareja aporta presas al otro mientras incuba, sino que una
vez liberado de la incubación, vuela libremente y caza por su cuenta, hasta
que retorna al nido para relevar al otro, por lo menos durante los primeros
días de la incubación. El mismo criterio sustenta el francés Blondel. Para
él el macho y la hembra incuban por igual antes de que la puesta esté
completada. Durante la cría la zona de caza de los adultos no parece ser muy
extensa y para Blondel no pasa de 500 metros. Esto naturalmente puede ser
válido para una determinada colonia. Pero deberá estar en función de las
reservas de insectos en la zona. Durante toda la duración de la
reproducción, los adultos son extremadamente discretos y resultan
extrañamente silenciosos durante el período de alimentación de los pollos,
salvo en el caso de peligro inmediato. La mayoría de las veces cuando un
intruso penetra en la colonia los adultos prefieren dejar el lugar de forma
discreta.
A los 28 días de la incubación nacen los pollos, que están cubiertos con un
corto y fino plumón blanco que da en rosado probablemente por adivinarse la
piel a su través. El segundo plumón, más espeso y más largo, también es
blanco. Aunque los pollos nacen en un estado semilarvario, pronto, a los
cuatro días, están muy despabilados y continuamente picotean las presas y se
atusan el plumón. Cuando da el sol, salen del nido y se asoman a la pequeña
plataforma donde la hembra los atiende cubriéndolos con las alas abiertas si
el sol es muy fuerte. En los primeros quince días, ésta los ceba con las
presas que a intervalos irregulares aporta el macho. También éste los cubre
mientras la hembra se ausenta para cazar presas que no lleva al nido, sino
que las come ella misma. A partir de los quince días ambos llevan al nido
presas que casi siempre son insectos. Una alimentación insectívora
forzosamente obliga a los cernícalos a menudear sus capturas y entonces las
llegadas al nido no suelen ser a intervalos superiores a 15 minutos. A los
18-20 días los pollos tienen ya el cuerpo cubierto de pequeñas plumas de
color marrón, pero la cabeza es aún blancuzca. Ya se les aprecia el anillo
orbital amarillo y la cera del pico del mismo color, mientras alrededor de
los ojos hay un sombreado característico. Una semana más tarde están en
condiciones de volar y se parecen extraordinariamente a la hembra, salvo en
la cola, que aún tiene las rectrices cortas.
Aun cuando realicen vuelos en compañía de sus padres, estos jóvenes
primillas vuelven al nido donde son alimentados por los adultos por lo menos
durante quince días más.
Los cernícalos mantienen una dura competencia ahora en muchas colonias con
las grajillas, que se multiplican con facilidad y parece que están
expulsando a los primillas de numerosos lugares. Las grajillas se colocan a
la entrada de los nidos de los primillas y cuando los adultos llegan con la
comida, se la arrebatan sin que, inexplicablemente, éstos opongan
resistencia. No obstante, normalmente los cernícalos no se posan a la
entrada si ven que está ocupada por alguna grajilla expectante. Entonces los
primillas dan varias vueltas por los alrededores, haciendo frecuentes
intentos de entrada. Esta situación, cuando se prolonga mucho puede, sin
duda, originar desnutrición en los pollos del Cernícalo. Afortunadamente en
muchos lugares la reproducción de las grajillas se termina antes del
nacimiento de los primillas de forma que aquéllas ya han dejado el lugar
cuando los primillas alimentan intensamente a sus hijos.
El área de cría de la especie se extiende desde el noroeste de Africa por la
mayor parte de la Península Ibérica, a través del Mediterráneo incluido el
sudeste francés, faltando en Baleares y Córcega, alcanzando Asia y llegando
hasta Manchuria.
En la Península Ibérica ha sido siempre un pájaro muy abundante, bien
distribuido por la España calurosa, rehuyendo Galicia, Cantábrico y Pirineos
y faltando también en todas las estribaciones meridionales de esta última
Cordillera y la Cantábrica y siendo las colonias muy escasas en las
cordilleras del interior. La mayoría de los cernícalos primillas ibéricos se
estacionan en Andalucía, Extremadura, provincias centrales y mediterráneas y
aun así hay que señalar un notable descenso en su densidad, que dadas las
características comprobadas últimamente por ornitólogos españoles, pueden
considerarse como verdaderamente catastróficas para esta especie. En la
mayoría de los pueblos que antes tenían buenas colonias de primillas, sólo
quedan ahora parejas aisladas y en muchos lugares han desaparecido
completamente. Hablar con exactitud de las causas de ésta drástica
disminución es aún aventurado, pero no existe duda de que la intensa
transformación del campo en el centro-oeste y sur peninsular puede tener una
notable influencia en la biología de la reproducción de un pájaro de dieta
tan insectívora como éste.
Las masivas pulverizaciones con herbicidas desde avionetas, el uso creciente
de insecticidas en las plantaciones agrícolas y otras prácticas modernas,
pueden en pocos años exterminar una población de aves antes floreciente.
Aparte sequías y otras causas naturales, el mismo fenómeno puede ser
observado en los nuevos países del occidente africano donde ésta y otras
especies menores de pájaros están padeciendo mucho con el tratamiento con
plaguicidas en forma masiva e indiscriminada. Ver a las avionetas realizando
la fumigación continua con millares de litros de líquidos tóxicos
pulverizados, produce un escalofrío en los defensores de la Naturaleza
cuando se piensa cuántos miles de pájaros van a ver impregnado su plumaje y
su piel con productos sistémicos que envenenan hasta la savia de las plantas
y cualquier insecto o pequeña presa de las aves. De modo que no hay que ver
solamente en la Península Ibérica las causas de la drástica disminución de
primillas. Probablemente los efectivos llegan ya muy mermados en la
primavera. Causas menores que pueden contribuir aún más a esta baja densidad
de cernícalos pudiera ser la extraordinaria proliferación de los córvidos,
en especial de las grajillas ya citadas, que concurren en el mismo hábitat
con los primillas y a los que pueden desalojar ocupando antes sus nichos.
Fundamentalmente migrador, el Cernícalo Primilla Falco naumanni
inverna en Africa Tropical, adonde comienza a marchar en el mes de agosto,
viéndose los últimos en el mes de octubre.La mayor parte pasan durante el
mes de septiembre. En Africa Occidental es común entre octubre y marzo en
Gambia, Senegal, Níger, interior de Costa de Oro y Norte de Nigeria. El
Africa Tropical Occidental debe ser el lugar normal de invernada de los
cernícalos primillas ibéricos. En el Senegal se acusa poco el paso en ambas
estaciones, aunque también se han observado allí excepcionalmente grandes
concentraciones.No sería infundado pensar que muchos de estos primiIlas
descienden más al Sur, hasta alcanzar Sudáfrica, donde sobrepondrían su área
de invernada con los que se reproducen en Asia. |