Canastera Común

Glareola pratincola

A primera vista la Canastera Común Glareola pratincola parece una gran Golondrina cuando vuela por la cola profundamente ahorquillada de color negro con la base blanca y las alas también oscuras, largas y puntiagudas. Las partes superiores son de color pardo con tono ligeramente oliváceo. El pecho es ocráceo y el vientre blanco. Quizá lo que más llama la atención en plumaje primaveral es la garganta de color ante pálido o crema claro, ribeteada circularmente de negro por una línea que nace debajo de los ojos o de la base de la mandíbula superior y se une en la parte inferior de la garganta de manera que el pájaro produce el efecto de tener puesto un babero. Esta línea falta en invierno o está incompleta, siendo entonces, generalmente, un simple punteado. Las primarias de las alas son negras o marrones muy oscuras. El pico es negro, rojizo en la base; las patas y pies también son negros y el iris de color avellana. La hembra carece de la línea negra que va por encima de la mandíbula superior hasta los agujeros nasales. Las canasteras jóvenes tienen el dorso moteado de oscuro, lo mismo que los lados de la cabeza y el pecho que también están rayados de pardo oscuro. La garganta es pálida, pero no hay la línea oscura bien definida que tienen los adultos en plumaje primaveral.

Al volar, las canasteras lo hacen como los charranes, muy rápido y al posarse y levantar las alas o bien al iniciarlo, descubren la parte inferior de aquellas de color castaño que cuando nos sobrevuelan parece negro. Vuelan boyantemente, con agilidad y realizando rápidos giros, generalmente en bandadas. Son muy gregarias y ruidosas, lanzando continuamente a coro un ¡¡kiki-kirrik, kiki-kirrik!! que recuerda mucho al similar sonido que emiten los charranes. Resulta espectacular la caza de insectos voladores que realizan en el aire. Cuando no se dedican a cazar, su vuelo es a menudo errático, pero rápido y decidido.

Durante la época de la cría pasan casi todo el tiempo en vuelo, cazando insectos sobre marismas o agua estancada donde los mosquitos las atraen especialmente. Para ello se reúnen a veces sorprendentes cantidades de estos pájaros que acuden desde todas las direcciones en cuanto un «banco» de insectos se estaciona sobre una laguna o charca de aguas someras. La Canastera Común en el suelo es ágil y rápida, no pareciéndose entonces en absoluto a los charranes y sí más bien a los chorlitos. Anda y corre vivamente como ellos, llevando el cuello muy estirado y el cuerpo en horizontal. Normalmente camina por el fango seco, con preferencia entre la rala vegetación de las orillas de la marisma, pero también se mete en el agua, vadeando con los tarsos cubiertos. Camina con rapidez, deteniéndose a intervalos y mirando fijamente. Es muy alarmista y aunque permite aproximaciones a corta distancia, como vea en peligro el nido, grita con fuerza y vuela sobre la cabeza del intruso, posándose en el suelo y volviendo a volar y a posarse, simulando estar herida, aleteando y girando sobre un ala extendida, pero siempre sin perder de vista al intruso, puesto que ante acción tan espectacular el observador se acerca para cogerla del suelo y rápidamente vuela con un gran escándalo de gritos y chillidos. Tucker (1940) señala que esta conducta puede ser también observada fuera de la época de la reproducción.

Aparte de la típica voz ya descrita, emite también numerosos otros sonidos entre los que el más simple y corriente es un repetido ¡¡ki-ki-ki-ki!! monosílabo y en tono muy alto.

Se alimenta principalmente de insectos sobre todo Orthoptera y Coleoptera. De aquellos los conocidos saltamontes son los preferidos. Los persigue con habilidad por el suelo y en el aire a baja altura. Entre los Odonata captura muchas libélulas pequeñas, Agrion sobre todo. También especies del género Hemiptera, Diptera y Trichoptera. Entre los coleópteros resultan espectaculares sus capturas del Escarabajo de San Juan Melolontha melolontha y de otros (Carabus, Cicindela, Nebria, Harpalus, Silphidae, etc), (Jourdain, 1940).

Se reproduce en zonas de fango seco de estuarios y marismas. También en isletas de vegetación rala. Los nidos forman pequeñas colonias diseminadas entre las de otras especies de aves de marismas. Realmente no hace nido alguno, utilizando un pequeño hoyo en el terreno, donde sólo de forma ocasional se ha encontrado alguna vegetación seca que el pájaro pudo recoger y acumular allí después de la puesta. Es frecuente que prefiera hacer la puesta de los huevos al abrigo de una planta o mata rastrera, pero muy a menudo en terreno despejado y a la vista. Con frecuencia sobre estiércol de ganado vacuno. Las puestas invariablemente son de 3 huevos, a menudo sólo de 2 y muy ocasionales las de 4. Son de color gris o pardo pálido, muy manchados con puntos y marcas negras o marrón muy oscuro. A menudo están teñidos ligeramente de verde claro y casi siempre también se observan en ellos manchas grises. Jourdain y Rey para 120 huevos de origen ibérico obtuvieron un promedio de medidas de 32,28 x 24,1 mm. con un máximo de 35,6 x 24,3 mm. y un mínimo de 27,9 x 22,2 mm. Las primeras puestas pueden ser encontradas ocasionalmente a finales de abril, pero casi siempre a partir de los primeros días de mayo, durando las puestas hasta bien entrado junio. Ambos adultos toman parte de forma alterna en la incubación que dura 16-17 días. Los pollos al nacer están cubiertos de plumón pardo arenoso moteado de marrón o pardo, ligeramente rosado en la garganta y parte superior del pecho. A los 10-12 días de edad ya comen solos, aunque siguen siendo atendidos por los adultos, no volando antes de los 25 días y más a menudo después de un mes del nacimiento.

Debido al lugar elegido para anidar, este pájaro sufre mucha depredación, tanto por causas naturales como inundaciones, como por la rapiña que de sus huevos hacen otros pájaros y el hombre. Normalmente efectúa una sola puesta, pero repeticiones por depredación temprana de la primera, parecen frecuentes.

La Canastera Común se reproduce en Europa solamente en el sur de la Península Ibérica, localmente en la Camarga (Francia) y en la cuenca inferior del Danubio. También es local en Grecia. En España es abundante en las marismas del Sur donde hay todas las primaveras varios millares de parejas, aunque se notan oscilaciones de unos años a otros. En la costa levantina es más escasa. Falta en La Albufera (Pechuán) y es irregular en el Delta del Ebro. Allí, Maluquer (1971) señala que su reproducción está bien comprobada con el hallazgo de numerosos nidos con pollos y huevos, muchos de ellos entre el río y La Alfacada sobre boñigas del ganado vacuno. Mestre y Ferrer (1974) consideran zona idónea donde pueden criar por lo menos 14 parejas la comprendida entre La Alfacada y La Platjola, en la que a primeros de junio fueron controlados 3 nidos con huevos recién puestos. En el Delta se ven regularmente canasteras en época de migración primaveral y otoñal, probablemente las que anidan en la Camarga francesa.

La Canastera Común es migradora que marcha a Africa pronto. Muchas lo hacen en julio y la mayoría en agosto. En el noroeste de Africa es frecuente en paso primaveral, viéndose entonces por numerosos lugares. La población indígena en Marruecos parece ser abundante, pero son pocos los nidos que se encuentran allí (Balsac y Mayaud, 1962). El paso otoñal es escaso y se observan muy pocas. Sin embargo, parece claramente establecido que nuestras canasteras invernan en Africa Tropical. Moreau (1972) considera que inverna por el norte del Trópico. También de forma ocasional fue observada en el sur del Tchad en gran número, pero hay que ser cautos a la hora de establecer estos cuarteles de invernada por la presencia en las mismas zonas de canasteras nativas. Hasta 1972 se habían anillado en España 366 de estos pájaros y una recuperación de una Canastera Común en marzo en el Lac de Guiers (Senegal occidental), al año siguiente de haber sido anillada como pollo en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) en junio de 1968, puede ser una pista importante para determinar el área de invernada de las canasteras ibéricas.