Calamón
Común Porphyrio porphyrio
na de las más extrañas aves que viven en nuestra
Península es el Calamón Común Porphyrio porphyrio. Su aspecto es
el de una gallineta desgarbada de largas patas y cabeza deformada por un
enorme pico. El color de su plumaje es azul morado, sedoso, con reflejos
metálicos en la garganta y pecho sobre el que destaca mucho el color
blanco de las plumas infracobertoras de la cola. El pico es muy grande,
de forma triangular y la mandibula superior abultada o curvada lo que le
da un extraño aspecto y prolongado hasta el pileo en un escudete
frontal, también de vivo color rojo como el pico y las largas patas. En
estas destacan unos dedos larguisimos con uñas largas y afiladas, en
especial la del dedo posterior. Los ojos son también rojos. Los calamones jóvenes
tienen el plumaje gris pizarroso azulado nada brillante y la garganta y la
cara gris azulado. A partir de octubre mudan las plumas del cuerpo y ya se
parecen a los adultos al comienzo de la primavera, pero el plumaje completo
no lo alcanzan hasta el final de su primer año de vida. Al volar, el Calamón
Común lleva las largas patas colgando, lo que es un detalle inconfundible
para la identificación aun a buena distancia. En realidad se trata de un
pájaro de aspecto grotesco y como dice Vielliard (1974), que ha tenido
ocasión de estudiar bien esta especie en las Marismas del Guadalquivir,
parece a la vez un intruso procedente de los trópicos y una reliquia de la
prehistoria Habita marismas con
abundante carrizal de Phragmites communis, Typha spp.,
Carex y Scirpus y confinada la población europea prácticamente a
las Marismas del Guadalquivir, en ellas ha desarrollado un completo ciclo de
vida adaptado a las particulares condiciones de aquellos lugares, con
sequías e inundaciones periódicas. Con el comienzo del estío las marismas se
secan bajo el fuerte sol andaluz y el piso se cuartean. Apenas son los
jóvenes calamones capaces de volar cuando el barro está ya tan seco que las
juncias o bayuncos (Scirpus) empiezan a morir. Entonces los pájaros
se refugian entre las aneas o espadañas (Typha), donde el agua y la
humedad se conservan mucho más tiempo. Cuando ya los jóvenes pueden volar se
alejan todos hacia las lagunejas costeras y el río donde pasan el resto del
verano y el otoño, hasta que la marisma es inundada nuevamente por las
lluvias y las crecidas del Guadalquivir. El Calamón Común empieza
la construcción de su nido antes de que la vegetación esté totalmente
crecida. Esta prisa por comenzar la reproducción tiene razón de ser allí en
las Marismas del Guadalquivir para evitar que los jóvenes carezcan de
refugio antes de poder volar. Vielliard dice que en otras partes de la
región mediterránea los calamones inician la reproducción desde el final de
marzo muy raramente y más amenudo en abril y mayo, basándose en la
información de Balsac y Mayaud (para el Noroeste de Africa). En las Marismas
del Guadalquivir y en virtud del especial ciclo biológico adaptado a las
condiciones ecológicas del lugar, las puestas son bastante más prematuras.
Vielliard encontró 5 nidos el 15 de abril de 1965, tres de los cuales habían
sido ya abandonados por los jóvenes y los otros dos contenían pollos recién
nacidos. Teniendo en cuenta un período de incubación de más o menos 25 días,
esto indica que la puesta fue completada antes del 20 de marzo. De acuerdo
con los guardas, las puestas podían comenzar en febrero y aún antes en
enero, naciendo los primeros calamones a finales de marzo. Incluso se puede
pensar que en las Marismas se produzca una segunda puesta en la temporada y,
desde luego, alguna de repuesto si el primer nido ha sido depredado. Pocos ornitólogos han
sido capaces de describir la voz de este raro pájaro. Vielliard señala que
solamente un grito al iniciar el vuelo era conocido cuando él realizó las
observaciones en las que basamos este corto ensayo. Esta voz de alarma
recordaba mucho al sonido producido por una pequeña trompeta. Pero había
otros no descritos hasta ahora y por lo observado por Vielliard poseían gran
riqueza y variedad. Su voz es emitida en general desde lugar oculto entre
densa vegetación acuática y muy a menudo de noche y coincidiendo con cortos
períodos de excitación en abril sobre todo. Una de sus voces es un lamento
que tiene algo en común con el grito del Rascón Europeo Rallus aquaticus,
una serie continuada de poderosos y continuados matraqueos que van en
crescendo y alcanzan un tono humano impresionante. Este sonido es emitido al
final de la tarde y en la oscuridad y por un sólo pájaro, jugando el mismo
papel que el habitual canto de cualquier especie. Otras llamadas son, por el
contrario, más breves y ásperas, desde gruñidos hasta sonido de campanilla
que termina en un tono como de soplo de trompeta. Muchos de estos sonidos y
otros indescriptibles, se emiten a coro por varios calamones y siempre por
la noche, incrementándose en intensidad según crece la excitación. Una de las más curiosas
acciones de esta especie es la forma en que come. Se conocía ya cómo para
alimentarse de materia vegetal y animal, usaba sus pies en forma peculiar.
Pero Vielliard dio detalles más precisos: «En agosto cuando la vegetación de
Scirpus está seca, los calamones especialmente los juveniles, se reúnen
entre la vegetación de aneas o espadañas (Typha) que bordea los
canales que todavian conservan la humedad; estos carrizos están bordeados de
un terreno desnudo fangoso que el observador puede vigilar fácilmente
escondido entre las matas de juncos (Juncus) que bordean la seca
marisma de Scirpus. Los calamones buscan la comida andando, si se
sienten a cubierto, a lo largo de la zona fangosa. La comida es sujetada con
una de las patas, con preferencia la derecha; la dieta básica está formada
por la médula extraída de trozos de la Juncia Marina o Bayunco Scirpus
maritima y en especial de las hojas y los rizomas de la Espadaña
Typha. Estos fragmentos vegetales son sujetados entre los dedos y
elevados hasta por lo menos la mitad del recorrido hacia el pico. Si algún
fragmento cae al suelo no es recogido con el pico sino con los dedos, aunque
con frecuencia el intento es en vano. Los trozos de rizomas que no pueden
ser elevados con la pata son sujetados con los dedos contra el suelo y
despedazados con el pico». Estas mismas actitudes fueron descritas por
Schmitz y Deetjen (1968). Los calamones adultos que ellos vieron cebaban a
los pollos con las médulas de anea Typha spp. arrancando los tallos
con el pico y cogiéndolos con la pata a la manera de como lo haría un loro. El impacto que los
calamones con sus hábitos de comer médulas y raíces de Typha sobre
todo, pueden producir en la marisma es muy grande en opinión de Vielliard.
Algunas veces se ven señales de un desraizamiento espectacular. El poder
regenerativo de Typha hace improbable que los pájaros sean capaces de
destruir su propio habitat, pero sí contribuyen mucho a evitar su exagerada
expansión. La parte de materia animal que puede ser incluida en la dieta del
Calamón es variable y poco conocida. Peces muertos entre los canales y fango
de las marismas parecen importantes. Así pudo comprobarlo Vielliard que
aprovechó esta atracción hacia el pescado para obtener fotografías a corta
distancia de los calamones. Los nidos del Calamón
Común son una enorme construcción escondida entre los macizos de carrizos y
espadañas Typha o en plantaciones densas de Juncia Scirpus. En
las Marismas del Guadalquivir es fácil encontrarlos si el observador viaja a
lomos de un caballo. Pronto se descubre por la presencia de una plataforma
flotante cerca de ellos formada por tallos de bayunco y espadaña que el
Calamón corta, chupándoles la médula y usándolos después en su construcción.
El nido es en realidad un montón de tallos de Typha o Scirpus
secos sustentados en el fondo y emergiendo de la superficie del agua
solamente unos centímetros. Cada nido posee una o dos rampas de acceso. Los
huevos, depositados en una especie de cuenco de bayuncos, se parecen a los
de la Focha Común Fulica atra, pero son más grandes y su coloración
es más brillante, con manchas violáceas en el fondo y puntos superficiales
marrones. El color de la cáscara, muy claro, puede variar en tonalidad.
Jourdain, para 47 huevos medidos, obtuvo un promedio de 54,78 x 37,3 mm.,
con un máximo de 59,6 x 38,5 mm. y un mínimo de 49 x 33,8 mm. Los pollos al
nacer están cubiertos por un plumón negro y las patas y pies son rojos con
dedos muy largos y las uñas negras que destacan mucho. El pico, ya muy
fuerte para un pollo tiene color gris plomo con la base rojo sangre y el
«diente de huevo» blanco. Al principio y antes de que sean capaces de volar
son fácilmente capturados a mano por entre los carrizos. Pronto sobre el
plumón primitivo aparecen las primeras plumas que ya tienen un color azul
violáceo mate, típico de los inmaduros. Crecen rápidamente porque la
alimentación es buena y los adultos los cuidan muy solícitamente. El color
rojo del pico de los pájaros inmaduros comienza a manifestarse en el
escudete frontal y se corre gradualmente hacia la punta del pico. En agosto
ya es completamente rojo. La distribución en el
Paleártico occidental del Calamón Común es ciertamente limitada. Existen
unos pocos lugares en el norte de Marruecos, Argelia y Túnez, las Marismas
del Guadalquivir en Andalucía y las marismas de Cerdeña. Hace aún pocos años
el Calamón Común era ave frecuente en lugares adecuados del Este, Sur y
Oeste de la Peninsula Ibérica, criando en Portugal En Palma de Mallorca
existe algún ejemplar que se dice capturado en Alcudia. Noticias muy
antiguas de que se reproducia en la Isla no son desconocidas (Jordans) Una
presunta observación allí fue efectuada en 1941 Hay otras menos fidedignas.
Un lugar donde el Calamón aparecia antes esporádicamente es el Delta del
Ebro. En junio de 1963 un ejemplar fue visto y fotografiado alli en un
carrizal del Canal Vell por Pons En otros lugares de la Peninsula también se
capturan de forma ocasional o se observan calamones que probablemente son
jóvenes en dispersión otoñal En la Charca del Caballo próxima a La Albuera
(Badajoz) un adulto fue muerto de un tiro en abril de 1970 En el norte de
Iberia hay citas de observaciones, pero me parecen poco fidedignas En
Guipúzcoa, Aldaz (1918) lo consideró como poco común, El Calamón Común es
especie protegida en España por el Decreto de 21 de septiembre de 1973 y su
caza, captura y recogida de huevos y crias está prohibida. Hoy dia es muy
escaso y su pequeña población está concentrada en las Marismas del
Guadalquivir, alguna laguna andaluza próxima y se sospecha la nidificación
esporádica en cierto lugar del levante español Sobre la protección que esta
especie necesita para sobrevivir en su pequeño habitat de Andalucia,
suscribo la opinión de Vielliard «Por su robustez, hábitos discretos, su
amplia dieta alimenticia y el adaptable ciclo biológico, el Calamón Común
parecia destinado a tener un buen futuro. No solamente la historia de los
hechos nos muestra lo contrario sino que las circunstancias de la hora
presente hacen que su supervivencia cada día sea más precaria. Su carne es
muy apreciada por el hombre y resulta fácil de capturar, incluso a mano sólo
con un poco de paciencia. A estas consideraciones hay que añadir los
problemas que en aquel lugar resultan conocidos de todos. Drenaje,
envenenamiento y saqueo de huevos, además de caza furtiva, son problemas que
atacan a la fauna de la zona en general, pero que algunas especies
sedentarias sufren más. La Reserva de Doñana necesita poseer una marisma más
extensa y que las aguas no sean envenenadas con cantidades masivas de
plaguicidas. El botulismo es, desafortunadamente, un problema aún no
erradicado de la zona. La supervivencia del Calamón Común está incrustada en
la de otras especies por lo que una protección eficaz y práctica debe
cumplir múltiples objetivos. |