Avión Roquero Ptyonoprogne rupestris El Avión Roquero Ptyonoprogne rupestris puede ser
confundido en una somera observación con el Avión Zapador, pero, aunque su
plumaje es relativamente parecido, pardo por encima y blanco
debajo, aquel
es de mayor tamaño, más grueso y compacto y el plumaje es en general más
oscuro: por encima pardo oscuro, por debajo blanco sucio sin la banda
pectoral del zapador y más oscuro en el vientre y en las plumas debajo del
nacimiento de la cola. Esta es cuadrada en su extremo, no escotada y hay
cuatro manchas blancas en las cuatro rectrices de cada lado, que son muy
visibles de cerca, pero también cuando el pájaro nos sobrevuela aun a
considerable altura con la cola desplegada. Debajo del nacimiento de las
alas se observa una mancha oscura en forma de cuña. Como otros hirundínidos
vuela con ligereza y realiza en el aire rápidos ascensos y descensos,
planeando y desplegado la cola, casi siempre bordeando paredones rocosos o
sobre las cumbres de las montañas. El Avión Roquero aparece
en sus zonas de cría ya en el mes de marzo, pero no comienza la construcción
o arreglo de los nidos hasta el mes de abril en localidades favorables. En
montañas las primeras parejas que se ven atareadas en la construcción de los
nidos se observan en los últimos días de mayo. Casi todos están sujetos
sobre una pequeña repisa o saliente de la roca y en una pared vertical o
ligeramente inclinada hacia a dentro, buscando los pájaros alguna protección
por encima. Se ven nidos en cuevas, túneles, edificios abandonados, aleros
de tejados y a todos los niveles, desde el del mar hasta 1.500 metros de
altitud en los Picos de Europa. Su construcción es con barro mezclado con
muy escasas hierbas secas y trozos de tallos. Siempre los nidos están cerca
de algún curso de agua y no precisamente formando colonias. Parejas aisladas
son muy frecuentes, pero más a menudo se forman exiguos grupos y
ocasionalmente colonias de varias decenas. La hembra lleva el mayor peso en
la construcción del nido y su interior es forrado por ella con plumas y
musgo. De esta manera construyen una casi media esfera abierta por arriba
que resulta inconfundible en cuanto se ve con las pequeñas pellas de barro
colocadas regularmente unas sobre otras. Las primeras puestas pueden ser
encontradas a mediados de mayo. Normalmente 4 ó 5 huevos y ocasionalmente 3
solamente en la primera puesta. En segunda casi siempre 3 ó 4. Son de color
blanco rosado, punteados y rayados de ceniciento y violáceo sobre todo en el
extremo ancho. Muchos tienen sólo manchitas rojizas. Miden en promedio 20 x
14 mm. con un máximo de 23,2 x 14,7 mm. y un mínimo de 19 x 13,1 mm. La
mayor parte de la incubación la realiza la hembra por un período de 14 días.
Cuando ésta sale a comer es sustituida por el macho que permanece en el nido
cortos espacios de tiempo. Ambos adultos alimentan a los pollos y mantienen
el nido muy limpio, tragando los sacos fecales en el mismo nido, pero pronto
los transportan lejos. Del examen de éstos Strahm (1953) dedujo que los
pollos son alimentados principalmente con coleópteros y dípteros cazados al
vuelo por los adultos y a no mucha distancia de los nidos, de forma que
ceban cada 5 minutos en promedio. A los 25-26 días salen del nido y forman
con los adultos grupos familiares que vuelan y revuelan frente al
acantilado. Los jóvenes continúan siendo cebados por los padres por lo menos
durante otros 15-20 días más. En la Península Ibérica es normal una segunda
nidada, a veces considerablemente tarde. Muchas observadas en el mes de
agosto y alguna en septiembre. El Avión Roquero es un
pájaro relativamente silencioso que únicamente en la colonia de cría cuando
se agrupan muchos volando emite un continuo y breve ¡¡tchrri!! y si está
alarmado un áspero ¡¡tchrrr!! como de Chochín. En el mes de mayo comienzan a
cantar con un gorjeo agradable y débil, algo parecido al de la Golondrina
Común Hirundo rustica, pero más pobre, menos rico en notas. Hasta
agosto que es cuando normalmente comienza la muda del plumaje, puede oírsele
cantar. Es sedentario en parte,
pero con desplazamientos no muy lejanos de sus colonias de cría. Los grupos
que sobrevuelan determinados lugares de la Costa Cantábrica, Pirineos y
Cordilleras centrales pueden incluir entre sus efectivos algún Avión Roquero
de procedencia extrapirenaica. Se reproduce en todos los países
circunmediterráneos y en algunas de las islas incluyendo las Baleares. En la
Península Ibérica no es escaso y en varios lugares llega a ser numeroso.
Probablemente una parte no despreciable de nuestra población pasa a Africa a
invernar y así son observados en Marruecos y en otros países norteafricanos
en diciembre, enero y febrero. Los escasos anillamientos no han dado
recuperaciones que permitan un estudio más completo de la especie. Parece
comprobado que algunos pueden alcanzar el Africa Tropical Occidental. Así,
Morel cita uno capturado en el Senegal en noviembre. |