Escribano Soteño
Emberiza cirlus 16,5 cm.
E n la mala estación, las familias de escribanos soteños se agrupan en pequeños bandos que se abaten generalmente sobre los barbechos![]() En los primeros días buenos los bandos se dispersan y los machos abandonan al poco tiempo sus costumbres discretas, para cantar, posados bien visibles sobre un poste o un arbusto, cuando no se disimulan entre las ramas de un árbol. Su mecánica y elemental estridulación, «tsit-tsit-sit-sit», tienen una sonoridad metálica, y este ruido monótono resuena incansablemente mucho antes de que la hembra se establezca. A fines de abril, el perezoso macho se pasea frecuentemente, con una brizna de paja en el pico, incitando a la hembra a construir el nido, tarea en la que él no colabora. Hecho notable: mientras que la especie muestra una diferencia sexual bien marcada, estas aves no parecen efectuar nunca una parada nupcial, aunque las dos cosas van generalmente unidas.
Identificación:
Dorso pardo, partes inferiores amarillas, pero con una franja pectoral
grisácea; el macho tiene una cara bastante llamativa, con una banda que
va del pico a casi la nuca negra, al igual que la lista ocular, siendo
la ceja amarilla; se diferencia del Escribano Cerillo macho por garganta
negra, píleo Nidificación: La hembra construye un voluminoso y descuidado nido de hierba y raicillas sobre una base de musgo, en arbusto o seto a veces en árbol o en el suelo; pone, de mayo a agosto, normalmente de 3 a 4 huevos azul pálido, o verdoso claro con marcadas rayas y garabatos oscuros; incubación, alrededor de 12 días, sólo por la hembra; los pollos, alimentados generalmente por ésta, vuelan después de 11 ó 13 días; dos crías. Alimentación:
Semillas, cereales, bayas Hábitat: Cultivos |