Buscarla Pintoja

 

 

 

 

Locustella naevia 13 cm.

Se ha comparado el canto de esta buscarla al de algunos saltamontes, y, en efecto, suena muy parecido, aunque aún se parece más al ruido producido por algunos artefactos mecánicos; es un zumbido de bastante duración, con una sola nota, similar al originado por un carrete de pescar al enrollar el hilo, o al de una rueda de bicicleta girando con el piñón libre. Al llegar las aves a España en primavera, comienza a oírse su canto todas las mañanas y todas las tardes y a veces durante la noche.

Estas aves son ariscas y pasan la mayor parte del tiempo comiendo entre la espesa vegetación o la maleza, aunque en ocasiones un macho se posa al descubierto para lanzar su canto, con el cuerpo trémulo y volviendo la cabeza a los lados. Su canto puede escucharse a mucha distancia pero es difícil saber dónde está situado el pájaro, pues éste puede producir un efecto de «ventrílocuo» con su voz.

El cortejo nupcial consiste en una persecución entre la maleza. La hembra marca el camino picoteando mientras anda entre la hierba o entre las ramas de un arbusto. El macho la sigue, con lentos aleteos, y con un trocito de hierba o de hoja seca en el pico.

 

Identificación: Pardo con el dorso listado; cola larga; partes inferiores blanco ocráceo; canto distintivo, más largo que el de la Buscarla Unicolor; sexos iguales.

Nidificación: Ambos sexos construyen el nido en el suelo o cerca de él, oculto en espesa vegetación y a menudo con una galería de acceso; nido de hierba con base de hojas secas; pone, en mayo-julio, usualmente de 4 a 6 huevos, color crema pálido, espesamente moteados de pardo rojizo; incubación, usualmente 14 días, por ambos padres; los pollos, cebados por la pareja, dejan el nido después de 10 a 12 días; a veces dos crías.

Alimentación: Principalmente insectos y sus larvas; algunas veces arañas.

Hábitat: Marismas y zonas palustres.

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