Lanius meridionalis
l mayor de todos los alcaudones de la Península
Ibérica es el Alcaudón Real Lanius meridionalis. Su plumaje es en
realidad una combinación vistosa de negro, gris y blanco. Existen dos
razas de esta especie netamente diferenciadas. Lanius excubitor
meridionalis que habita en la Península Ibérica, tiene las partes
superiores gris pizarra oscuro, notándose bien las plumas escapulares
con puntas blancas y una estrecha raya blanca sobre otra ancha negra que
atraviesa los ojos. Las partes inferiores son rosado vinoso con matiz
violáceo; los flancos son rosa grisáceo y el mentón y plumas
infracobertoras son blancas. La cola es larga y muy oscura. La pareja de
rectrices centrales es negra y solamente hay una pequeña porción de
blanco sucio en la punta; la segunda pareja posee más blanco en el
extremo (5-8 mm); la tercera con extensión blanca en la punta de 8-15
mm. hasta llegar a la pareja de rectrices exteriores que a menudo puede
ser casi toda ella blanca. Esto hace un dibujo característico y vistoso
que se ve mucho cuando el pájaro despliega la cola, pero también con
ella cerrada. Las plumas primarias de las alas son negras con bases
blancas, formando con ellas plegadas como una banda blanca; las
secundarias también son negras y en la base hay manchas blancas pequeñas
y las puntas blancas muy visibles. El pico es pardo negruzco o casi
negro con la base de la mandíbula inferior más pálida; patas y pies
negros y cortos probablemente desproporcionados al tamaño del pájaro; el
iris de los ojos es pardo oscuro. Lanius excubitor excubitor vive
en el resto de Europa desde el centro de Francia y su plumaje es
notablemente más claro, más gris por encima y más blanco, no rosado
vinoso debajo. La espalda y el píleo tienen un acusado tono gris azulado
lo mismo que el obispillo. Las partes inferiores son totalmente blancas,
pero a menudo y en los comienzos de la primavera hay en el pecho un
débil tinte rosado. La negra cola tiene más extenso el color blanco en
la punta de las rectrices. Las hembras adultas de la
subespecie meridionalis
son prácticamente indiferenciables de los machos por el color del plumaje.
Las de la subespecie excubitor, sin embargo, tienen el pecho manchado
con ondulaciones no muy marcadas de color pardo. No obstante, muchos
especímenes carecen de ellas y por lo tanto son indistinguibles de los
machos adultos. Los jóvenes de ambas
subespecies se distinguen bien por tener el plumaje de la espalda muy
manchado de pardo oscuro, formando ondas. La raya blanca superciliar es muy
estrecha y pequeña. En muchos ejemplares faltan las rayas pardas, pero el
tono gris de las plumas es muy apagado. Las partes inferiores están ondeadas
también de pardo, excepto el mentón, la garganta y el vientre que son
blancos. Los machos en su primer invierno conservan rayado pardo en el pecho
como las hembras adultas. Vistos de lejos y aun con prismáticos no resulta
fácil determinar los sexos y la edad de los alcaudones. La diferenciación
debe hacerse en la mano. Desde que el Alcaudón
Chico Lanius minor es observado ocasionalmente en diferentes zonas de
Iberia, es necesario insistir en que su menor tamaño y cola más corta no son
fácilmente apreciados desde lejos, si no existe una comparación directa con
Alcaudón Real. Mejor rasgo para la identificación lo constituye el color
gris de la frente que en Lanius minor es negro. También la mayor
extensión de las manchas blancas de las alas y la raya blanca sobre los ojos
de la que carece el Alcaudón Chico. Lanius meridionalis
es un pájaro de buen tamaño que no pasa fácilmente desapercibido, sobre todo
debido a su costumbre de posarse al descubierto en lugares prominentes como
pueden ser las ramas desnudas de un árbol, un poste alto y sobre todo los
cables del tendido eléctrico. A menudo pasa mucho tiempo sobre el tope de un
arbusto, un pino e incluso sobre una chimenea. Desde allí otea el campo a
sus pies, tratando de distinguir una posible presa en el suelo entre la
hierba sobre la que salta en cualquier momento, haciendo gala de una gran
agresividad y fiereza. Mientras está posado mueve la cola arriba y abajo y
su silueta es típica con la gran cabeza ligeramente inclinada hacia el
suelo. Vuela con potencia y lo hace trazando en el aire una prolongada
ondulación, mostrando alas relativamente cortas para su tamaño y bastante
redondeadas. El color blanco que muestra entonces en las alas parece de
menor tamaño que el del Alcaudón Chico Lanius minor. La primera
primaria es más corta que las 3 siguientes e igual a la sexta. En Lanius
minor la primera primaria es casi igual a la segunda e igual a la
tercera, siendo las demás mucho más cortas. Esto es lo que da la visión de
un ala más puntiaguda a esta última especie y resulta un rasgo inconfundible
a la hora de la identificación, incluso viendo los pájaros por separado en
vuelo. No siempre se le ve efectuar vuelos prolongados y más a menudo lo
hace en cortas distancias a ras del suelo para ascender casi verticalmente
hasta el posadero. Normalmente es solitario fuera de la época de la cría y
aun durante ésta resulta difícil ver a la pareja junta. Rara vez se posa en
el suelo a no ser cuando caza. Si puede elevarse con la presa, la lleva
hasta un posadero alto, pero a menudo la despedaza o come allí mismo
sujetándola con las patas. Algunas veces se cierne sobre el lugar en que ha
descubierto una posible captura que se oculta entre la hierba. En estos
casos casi siempre falla el golpe. Muchas de las presas las
pincha en espinos (Crataegus y Pyracantha) y casi siempre las
abandona. Estas llamadas «despensas» de los alcaudones han atraído la
atención de los ornitólogos. Con frecuencia lo que pincha son restos de
pajarillos, pollos de éstos, pequeños batracios, e insectos. Desde que se ha
comprobado que este pájaro no solamente es muy fiel a su lugar de
nidificación, sino que escoge un área de invernada y apenas se aleja de ella
por unos meses, está claro que las «despensas» son hechas en todas las
épocas del año y no una sola, sino varias. El Alcaudón Real canta
agradablemente con un gorjeo musical que incluye trinos variados y notas que
recuerdan las similares de otros pequeños pájaros de la campiña. A pesar de
que el canto lo emite en tono bajo, se puede escuchar a considerable
distancia. Realmente los gorjeos son melodiosos, pero muchos alcaudones
incluyen también notas duras y raspantes. Canta durante todo el año, incluso
se le oye muy a menudo en días soleados de invierno. Su voz más conocida es
la nota de alarma, un áspero y seco ¡¡chek, chek!! que en cierto modo
recuerda al sonido de la Urraca y que también tiene un poder grande de
propagación. Cuando la hembra se posa cerca del macho emiten ambos un trino
corto ¡¡trii!! Niethammer menciona un grito en tono alto ¡¡uik-kuik!! La alimentación es
variada, pero los pequeños pájaros están en gran proporción en la dieta.
Jourdain cita pardillos, lúganos, pinzones, camachuelos, escribanos,
gorriones, carboneros, herrerillos, petirrojos y ocasionalmente mirlos y
zorzales. Glue (1968) que examinó 30 egagrópilas devueltas por este pájaro,
obtuvo confirmación del carácter fragmentario de la comida del Alcaudón Real
que rara vez, a no ser en insectos pequeños, come el total de la presa. Los
restos óseos obtenidos por Glue así lo confirman. También pudiera admitirse
que algunos de los pequeños huesos hubieran sido destruidos en el estómago
del Alcaudón. Las especies de pájaros, micromamíferos, reptiles e insectos
determinadas fueron: Verderón común Carduelis chloris, Bisbita Común
Anthus pratensis, Ratilla agreste Microtus agrestis, Ratón
espiguero Micromys minutus, Musaraña enana Sorex minutus,
Musaraña de cola cuadrada Sorex araneus, Topillo rojo
Clethrionomys glareolus, lagartos Lacerta sp. y algunos insectos.
Bayer (1950) en 139 egagrópilas analizadas colectadas entre el otoño y el
final de enero en el sur de Alemania, obtuvo un 37,6 por ciento de
Microtus sp. lo que le permitió afirmar que estos micromamíferos
formaban la mayor parte de la dieta de Lanius excubitor en el
invierno. Las variaciones, sin embargo, según el hábitat ocupado y la
latitud deben ser grandes. La técnica de la caza es normalmente la espera
desde un posadero en el que el pájaro disfruta de mucha visión. Pero también
puede atacar al vuelo y perseguir a pequeños pájaros hasta abatirlos. Para
ello suele tener querencia por las proximidades de dormideros de pájaros que
se congregan al atardecer o de los que crían en colonias. Anida en árboles y
arbustos a menudo a gran altura, pero también sorprendentemente bajo. No es
raro ver algún nido en árboles frutales y en coníferas. De hecho en zonas de
montaña que es donde parece conservar una densidad más alta dentro de la
general dispersión de las parejas, prefiere robles viejos y hayas y
abedules. El nido es construido por los dos adultos, pero la mayor parte del
material es aportado por el macho. Primero hacen una base con tallos secos
de Brezo Erica al que añaden una buena cantidad de musgo. El resto es una
voluminosa estructura de hierba seca forrada en su interior con raicillas,
lana, pelos y plumas. La construcción puede estar terminada para los últimos
días de abril, pero los huevos no son puestos antes de la primera decena de
mayo normalmente. Otros, hasta pasado el 15 de mayo, sobre todo en bosques
de montaña donde las hojas no brotan hasta muy tarde. Puestas encontradas a
finales de marzo son ocasionales. La puesta consiste en 4-5 huevos, alguna
vez 6 y muy rara vez 8 ó 9. Estas deben ser verdaderamente excepcionales y
no hay confirmación de ellas para Iberia. Son blancos, brillantes y con la
cáscara lisa. A menudo están teñidos de un ligero tinte pajizo o verdoso y
siempre muy manchados y moteados con puntos rojizos, pardo amarillentos,
violáceos y grises. A veces estos puntos o pecas se reparten uniformemente
por toda la superficie, pero otras, no pocas, se acumulan en uno de los
extremos. Rey y Bau dan para 117 huevos medidos un promedio de 27,5 x 19,6
mm. con un máximo de 30,1 x 20,1 mm. y un mínimo de 24 x 18,2 mm. (raza
meridionalis). D'Almeida para 9 huevos colectados en Portugal (raza
meridionalis) obtuvo un promedio de 26,3 x 19,7 mm. con extremos de 25,8
a 26,9 x 19,7 a 20,3 mm. Ambos adultos pueden incubar, pero la hembra
realiza la mayor parte del trabajo e incluso en algunas parejas es ella sola
la que permanece en el nido durante todo el día. A los 14-15 días nacen los
pollos desnudos de plumón con la piel de color ligeramente rosado que pronto
se oscurece. El interior de la boca es rosa y las comisuras amarillas.
Alimentados por ambos padres dejan el nido a los 19-20 días, pero no son
independientes hasta pasado un mes, corrientemente a los 35-37 días.
Normalmente efectúan una sola puesta, aunque se han citado dos para la raza
meridionalis lo que no es improbable. Si el nido es depredado, una
puesta de reemplazo se produce inmediatamente. Lanius excubitor
meridionalis se reproduce en la Península Ibérica y Sur de Francia y
parece en gran parte sedentario, aunque no deben descartarse movimientos
dispersivos de otoño e invierno. Los pájaros tienen su territorio de
invierno y a él acuden año tras año, comprobado siempre en zonas donde
regularmente no se ve en primavera. El mismo posadero es ocupado desde
noviembre o antes, hasta enero y febrero. La subespecie excubitor
ocupa el resto de Europa, excepto en las Islas Británicas, Islandia, islas
mediterráneas, la mayor parte de Italia y los Balcanes. En Europa es
parcialmente migrador y se mueve en todas direcciones, alcanzando algunos
las tierras Ibéricas. Guipúzcoa, Vizcaya y el resto de la zona Cantábrica
poseen una población invernante constante no despreciable de alcaudones
europeos de la subespecie excubitor fácil de observar que
posiblemente penetre parcialmente más al Sur. Faltan sin embargo, datos
fidedignos de Castilla donde se asegura su presencia. Los anillamientos
pondrán algún día al descubierto vuelos sólo sospechados ahora. Alcaudones
anillados en Finlandia se capturan en Francia y aquí también numerosos de
origen alemán. Bernis supone la llegada de alcaudones centroeuropeos
excubitor a Cataluña y Baleares. Probablemente son de esta raza las
capturas mencionadas por Nadal (1965) en Mallorca. En Guipúzcoa hay
numerosas capturas bien identificadas y pieles correspondientes a la
subespecie excubitor. Nuestros alcaudones
reales se mueven poco, y este erratismo o trashumancia invernal queda puesta
de manifiesto por el anillamiento que dio recuperaciones a distancias no
superiores a 165 km. (de Tras os Montes a Minho, Portugal). Pechuán anilló
uno en Teruel que en enero siguiente se capturó en Castellón, 32 km. al Sur. |