Alca Común Alca torda
El Alca Común, Alca
torda, es un pájaro inconfundible en el vuelo que mide 40 cm. y se
identifica bien por tener las alas cortas y el plumaje de las partes
inferiores de color blanco puro, que contrasta mucho con el negro de la
cabeza y partes superiores de alas y dorso, aunque desde agosto a marzo la
garganta y lados de la cabeza son blancos, reteniendo este color algunos
pájaros jóvenes durante la siguiente primavera. Una estrecha línea blanca
puede ser bien apreciada de cerca en las alas de los adultos, formada por
las puntas blancas de las secundarias. Pero el detalle de su estructura que
más llama la atención, lo constituye el extraño pico negro de forma ancha y
aplastada verticalmente, terminado en una especie de gancho con dos líneas
blancas, una que lo cruza y otra que va desde la base hasta el mismo ojo.
Las patas y pies son de color gris oscuro. En sus lugares de reproducción son pájaros muy ruidosos y sus actitudes
se asemejan entonces mucho a los pingüinos En la Península Ibérica
es un visitante otoñal e invernal que se captura frecuentemente en el Golfo
de Vizcaya y que antiguamente era vendido por los pescadores en las plazas
del pescado de alguna región norteña española, después de quitarles
hábilmente la piel que salía entera. Las capturas de esta especie y de otros
álcidos, así como de pardelas, eran muy frecuentes, pues en las redes llenas
de sardinas se capturaban numerosísimos alcas y araos. Sin embargo, en las
proximidades de la costa cántabro-atlántica es escaso y únicamente abunda
con tiempos duros del Norte y olas de frío. Numerosas capturas de alcas
anillados se han producido en el litoral cántábrico, menos en el Atlántico
portugués y algunas en el Mediterráneo oriental. Casi la totalidad de los
alcas anillados y recuperados eran de origen inglés. En la costa cantábrica se
ha podido contemplar la pesca que estos alcas efectúan a veces de peces de
gran tamaño. Bucean con gran facilidad y para ello se ayudan con las alas
nadando con rara habilidad, pero no a mucha profundidad. En los meses de febrero y
marzo es ya muy raro poder contemplar un pájaro de esta especie en las
costas ibéricas y, probablemente, los que aún se observan son inmaduros,
pues las colonias de cría inglesas y bretonas están ya llenas de
reproductores en los anocheceres de esos todavía meses invernales. Esta especie, junto con
los araos, ha sido una de las más castigadas por la continua contaminación
de las aguas del mar con residuos petrolíferos y desechos industriales
tóxicos que llegan al mar desde los grandes estuarios. |