Águila Perdicera

 

 

 

 

Aquila fasciata 70 cm.

En la época en que los conejos de monte eran más abundantes en los campos, las perdiceras no tenía apenas dificultades para conseguir comida.

La mixomatosis ha disminuido considerablemente los efectivos del conejo de monte y el Águila Perdicera se ha visto obligada a cambiar su menú. Las perdices rojas, las grajillas, por su abundancia, y los reptiles son ahora las presas corrientes, aunque también captura mamíferos y otras aves de talla media.

La pareja, muy unida, no se separa apenas durante el año y es frecuente observar dos aves, macho y hembra, recorriendo largas distancias, dispuestas a sorprender a la joven Paloma Torcaz, aun inexperta, o al Alcaraván Común.

El Águila Perdicera una rapaz de cría muy precoz; año tras año ocupan el mismo nido, añadiendo material cada vez, de modo que llega a convertirse en una enorme masa de ramas de más de dos metros de longitud, cuya cubeta recubren con hojas frescas, y en la que comienzan la cría casi en pleno invierno. Si las condiciones de alimentación son buenas, suelen criar dos pollos.

 

Identificación: Adultos, partes superiores pardo oscuro e inferiores blancas; debajo de las alas, oscuro con una banda negra desde el cuerpo al borde delantero; borde de ataque, blanco ( en el ala); cola con una ancha banda negra casi terminal. Los jóvenes son rojizos, ligeramente estriados por debajo y, con frecuencia, tienen una mancha negra en la muñeca.

Nidificación: Nido voluminoso, de ramitas y ramas verdes, en una pared rocosa o árbol; puesta precoz ( enero-febrero) de 2 huevos blanco sucio sin manchas o con manchas pardo claro; incubación, sólo por la hembra, de unos 40 días; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan tras unos 70 días.

Alimentación: Aves y mamíferos ( liebres, conejos, ratas, etc.); reptiles.

Hábitat: Montañas y riscos.

Más información:  Fotografía del Águila Perdicera en la Galería del Aficionado